Aunque para nosotros es algo nuevo, en Asia llevan utilizando la centella asiática desde hace más de de 3000 años por sus propiedades cicatrizantes en la medicina tradicional. Sin embargo también se la conoce por sus grandes beneficios para la piel, siendo llamada "la hierba de la eterna juventud".

También conocida como cica, gotu kola o hierba de tigre, crece principalmente en Asia Central, aunque también se puede encontrar en algunas partes de África, India, Japón, Sri Lanka e Indonesia. Aunque se puede comer, su principal uso es para la medicina y la cosmética.

Se trata de un planta tan especial que es parte de una antigua leyenda China que habla sobre un granjero que un día se encontró con un tigre herido que se revolcaba en la planta para sanar sus heridas, y así fue como el hombre descubrió sus poderosas propiedades curativas.

La centella asiática es una planta rica en vitamina C, A, B1 y B2, niacina y caroteno, por lo que es una gran fuente de antioxidantes, siendo una gran aliada contra el envejecimiento.

En cuanto a los beneficios que tiene sobre la piel del rostro destaca por ser un potente cicatrizante que consigue difuminar las marcas de acné, es un gran hidratante y es muy nutritivo, por lo que mejora la elasticidad de la piel. También es calmante (algo que ayuda mucho a las pieles acneicas y sensibles), renovador de tejidos (imprescindible para los tratamientos antiedad), antioxidante y vasoconstrictor.

También funciona para reparar, reestructurar, reafirmar, hidratar, suavizar y preservar la humedad en la piel, así como previene los efectos de la polución. Por todos estos motivos, es ideal para pieles maduras, secas, con tendencia acneica y sensibles con rojeces e irritaciones.

Pero no solo sirve para tratar a los distintos tipos de pieles, por su acción reparadora, renovadora e hidratante es perfecta para tratar las quemaduras producidas por el sol y evitar en la medida de lo posible las temidas manchas solares. También es ideal para prevenir o tratar los daños cutáneos producidos por tratamientos cosméticos como peelings, depilación o el afeitado.

Podemos incorporar este ingrediente a nuestra vida diaria sobre todo en cremas o limpiadoras. En cuanto a la frecuencia de uso lo podemos usar todos los días tanto por la mañana como por la noche, así que no hay excusas para disfrutar de este tesoro milenario.