Que si los balones andan pinchados, las redes de las canastas dan pena o la cancha de futbito está sin cubrir y se acumulan balsas. El 30% de los profesores de gimnasia en Euskadi denuncian que sufren deficiencias en el material deportivo y las instalaciones en las que dan clase.

Son datos del Colegio Oficial de Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte tras realizar un estudio, con la información emitida por docentes de educación física de 133 centros de Primaria y Secundaria. En Euskadi hay 700 colegios.

En último término, los profesores echan de menos mayor inversión en su asignatura para que sus alumnos tengan el material a punto.

Con este panorama, la mayoría de los docentes dan un «aprobado raspado» a las instalaciones que ofrecen los centros escolares. «Muchos colegios no tienen ni gimnasio, y hay que desplazarse. Otros, tienen las instalaciones al descubierto», lamenta María José Lagarto, secretaria general del Colegio.

Con todo, los docentes se dan por satisfechos con el respeto riguroso que hacen los centros al horario de educación física. Salvo ocho colegios infractores, todos cumplen a rajatabla el pacto al que llegó el Colegio Oficial con el Departamento de Educación el curso pasado.

El acuerdo prevé dos sesiones de 45 minutos a la semana en Primaria. En 1.º y 2.º de Secundaria se deben destinar 120 minutos semanales en dos sesiones, y en 3.º y 4.º de Secundaria, 60 minutos en una sola sesión.

El pacto llegó tras un año entero de protestas contra la entrada en vigor del currículo vasco. Éste establecía una reducción de hasta el 40% del horario semanal de educación física.

El estudio del Colegio Oficial arroja un dato que ya se barruntaba. Los niños de 6 y 7 años no se duchan tras hacer gimnasia. «Siendo tan txikis, si les obligas a ducharse pierdes la hora entera», recuerda divertida Lagarto.

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