Prisión para cinco de los detenidos en el último golpe al narcotráfico gallego

  • Todos están acusados de delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales.
Imagen de los juzgados de Pontevedra.
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Imagen de los juzgados de Pontevedra.

El juzgado de Instrucción número 2 de Pontevedra ha decretado el ingreso en prisión de cinco de los detenidos en la operación contra el narcotráfico que ha desmantelado una red criminal que operaba en Pontevedra, Ourense y Ponferrada (León).

Cuatro de los cinco detenidos han ingresado en prisión provisional comunicada y sin fianza, mientras que al quinto sí se le ha fijado fianza, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

Todos ellos están acusados de delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales.

Las otras cinco personas que han declarado este viernes ante el juez han quedado en libertad provisional y tendrán la obligación de comparecer en los juzgados una vez al mes.

Los cinco seguirán en la causa, ha aclarado el TSXG, como investigados.

Todos los detenidos, según los investigadores, forman parte el clan de narcotraficantes conocido como Los Ferrados y que destacaban "por la violencia que ejercían", según la Guardia Civil, formando una estructura "altamente jerarquizada y especializada".

Esta red, que estaba asentada en el municipio pontevedrés de Poio, gestionaba distintos negocios "tapaderas" relacionados con la compraventa de vehículos a motor y desguaces, lo que facilitaba el blanqueo de capitales procedentes de la droga.

Además, esta actividad les permitía disponer de un gran número de vehículos, dificultando así la labor policial porque los narcotraficantes alternaban su uso.

La red criminal contaba con contactos en Marruecos y controlaban el transporte de hachís desde su origen hasta Pontevedra, donde era recogida por los líderes de la organización, que tenían su base de operaciones en una vivienda unifamiliar de Poio.

Los investigadores descubrieron que los narcotraficantes disponían de vehículos dotados de doble fondo o 'caletas', mecanismos de ocultación altamente sofisticados instalados en los chasis de los vehículos para simular y ocultar la droga transportada; y de vehículos 'lanzaderas', que precedían al que transportaba las sustancias estupefacientes.

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