Concretando, la idea municipal consiste en repartir 10.000 bolsas de algodón entre las panaderías locales para que, a su vez, éstas las entreguen a su clientela. Estas bolsas son además fáciles de guardar, para poder llevarlas siempre encima en un bolso, una mochila o un bolsillo y reutilizarla para llevar el pan a diario. Junto a esto, también está prevista una campaña de comunicación a través de cartelería y márketing urbano para ayudar a la concienciación ciudadana. La previsión es ahorrar dos millones y medio de bolsas al año.
Según estudios, usamos cinco billones de bolsas de plástico al año, de las que la mitad tienen un solo uso, lo que genera que el diez por ciento de todos los desechos generados sean plásticos, que llega a tardar hasta 400 años en degradarse.
A nivel global, vertemos anualmente ocho millones de toneladas de plástico al mar, lo que da una previsión que habla de que en 2050 habrá en el mar más plástico que peces. Cada hora se compran 60 millones de botellas de plástico en todo el mundo y, al año, se usan 500.000 millones de bolsas.
Por ello, son muchos los países, las administraciones y las empresas que han tomado conciencia y están implementando medidas para reducir drásticamente su consumo, con la idea de cuidar el medio ambiente y propiciar un desarrollo más sostenible. Así, la cuarta asamblea medioambiental de la ONU, celebrada en Nairobi, Kenia, en 2019, terminaba con una declaración en la que más de 200 países se comprometían a reducir el uso de plásticos de aquí a 2030.
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