Carmen Borrego y Rocío Carrasco, en stand-by

  • La hija de Rocío Jurado está molesta con una entrevista que ha concedido la hija de María Teresa Campos.
Rocío Carrasco, en las calles de Madrid en junio.
Rocío Carrasco, en las calles de Madrid en junio.
GTRES
Rocío Carrasco, en las calles de Madrid en junio.

Pintan bastos para Carmen Borrego después de la exclusiva que concedió en la revista Lecturas y que puso en el disparadero a su amiga Rocío Carrasco al asegurar que nunca perdonaría a Rocío Flores.

Me consta que la relación entre Rocío y Carmen está en punto muerto. Es evidente que la hija de Rocío Jurado no solo desconocía el contenido de la polémica charla con la periodista Karmele Izaguirre, sino que nunca dio autorización para que sentenciara públicamente el porvenir de su relación con su hija.

Carrasco está molesta, descangallá y se siente traicionada. No solo porque la vehemente conclusión ventilada no se corresponde con la realidad, sino porque jamás pensó que esa que dice ser su hermana la utilizaría como carnada fresca para las pirañas.

Convulsionó al verse arrastrada (otra vez) a ese paredón mediático en el que lanzan falacias sin orden ni concierto. Mentiras y verdades adulteradas que, para más escarnio, esta vez fueron mal usadas por quien parecía quererla. Golpes en el pecho que son más pose que verdad.

Mucho tendrá que soplar el viento para que rompa la losa de la decepción y vuelva a confiar. Mientras lame sus heridas, Rocío Carrasco no descarta recurrir a los tribunales para que demuestren quién es la mano que mece la cuna en esa catarata de supuestas infidelidades que ha puesto la soga a Antonio David Flores. Hacer creer a la audiencia que Fidel es el Inspector Gadget y que Rocío es Sophie, su sobrina, es tan disparatado que merecen despiporre y descrédito general.

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