El escándalo Gucci: Alexandra Zarini, la heredera del emporio, acusa a su familia de abusos sexuales y encubrimiento

  • Zarini ha interpuesto una demanda contra Joseph Ruffalo, marido de su madre, en un juzgado de Los Angeles.
  • Asimismo, la joven de 35 años señala a su madre y a su abuela como encubridoras de sus actos.
Una tienda de Gucci en las calles de Roma.
Una tienda de Gucci en las calles de Roma.
FLICKR
Una tienda de Gucci en las calles de Roma.

No se habla de otra cosa en el mundo de la moda. Ha sido un auténtico terremoto que tiene como epicentro una de las familias más antiguas y más consagradas del mundo. Un nombre cuya sola pronunciación ya es sinónimo de elitismo y categoría: Gucci.

Para entender lo que ha ocurrido, es importante estar al tanto del árbol genealógico de la firma italiana. Guccio Gucci fue el fundador de la compañía en 1921, a quien siguió en la dirección el primogénito de sus cuatro hijos, Aldo, que junto a su hermano Rodolfo llevaron la marca al extranjero.

Aldo Gucci se casó con su primera mujer, Olwen Price, y tuvo tres hijos (Giorgio, Paolo y Roberto), aunque para este reportaje con quien nos tenemos que familiarizar es con Patricia, la hija que tuvo en un affaire extramarital con Bruna Palombo, con quien Aldo finalmente se acabaría dando el "sí, quiero" nuevamente.

La protagonista de la historia es Alexandra Zarini, bisnieta de Guccio Gucci, nieta de Aldo e hija de Patricia Gucci. Ella es quien ha presentado en un juzgado de Los Angeles, tal y como revela The New York Times, una demanda por abusos sexuales contra su padrastro, Joseph Ruffalo, quien fue el segundo marido de su madre.

En dicha demanda, que posteriormente ella misma se ha encargado de hacerla pública mediante un vídeo en el que relata pormenorizadamente todos las violaciones a las que fue sometida durante 16 años, también inculpa a su propia madre Patricia y a su abuela Bruna de no solo haber estado al corriente de dichos abusos sexuales sino de haberlos encubierto y facilitado.

A sus 35 años, Alexandra Zarini rompe su silencio sobre la figura de Ruffalo, quien fue un muy reconocido productor musical que trabajó con figuras como Prince (en su famoso Purple Rain) o Earth Wind & Fire, y asegura que sufrió toda clase de agresiones sexuales desde que tenía 6 años -antes de su madre se casara con él- hasta los 22.

Ver esta publicación en Instagram

Aldo Gucci and wife

Una publicación compartida de Thomas Soubirous (@soobiprod) el

Casi siempre, asegura al narrar las prácticas abusivas de Ruffalo (de quien su madre se acabaría divorciando en 2007), seguía la misma pauta: "se metía desnudo en su cama, tocaba sus senos y genitales, le mostraba sus partes íntimas y frotaba su pene contra el cuerpo de ella", detalla el reportaje del periódico norteamericano, que añade que, además, intentaba penetrarla usando los dedos.

Relata Zarini precisamente que, cuando a los 16 años su abuela le preguntó si este hombre la violaba y ella respondió que sí, Bruna instó a su nieta a mantener la boca cerrada, misma respuesta que recibió de su madre al intentar encontrar un apoyo.

Asimismo, la joven comenta que su madre la maltrataba físicamente, palizas que se unían a las del propio Ruffalo, a quien Patricia permitía que la grabara desnuda en el baño. Si tenía pesadillas, rememora, se metía en la cama de su madre pero amanecía con la mano de su padrastro en sus genitales.

El silencio de su familia, opina Zarini, que recibió las amenazas de su madre y de su abuela para que no hablase, se debe sobre todo a la inmensa fortuna que está en juego. Según consta en la denuncia, "[Gucci y Palombo] intentaron por todos los medios [que no viera la luz] lo que percibían que podría ser un escándalo que perjudicara a la marca Gucci y potencialmente pudiera costarles muchos millones".

Sin embargo, y en contra de los ruegos de su familia, Alexandra Zanini se ha atrevido a contarlo todo tras conocer que Joseph Ruffalo es actualmente voluntario en un hospital infantil en Los Ángeles. En el vídeo, publicado con la cuenta de la Fundación Infantil Alexandra Gucci, la nieta de Aldo explica que si habla ahora es "para evitar que este drama le suceda a otros niños".

"No me importa, lo que quiero es parar esto... Me puede llamar (su madre, Patricia) cuando quiera. No quiero que le ocurra esto a un hijo mío ni al de nadie", asegura en el vídeo en el que no tiene miedo de la posible fortuna perdida (es la heredera del emporio) dado que actualmente es independiente en términos económicos y solo está centrada en su maternidad.

"He dado un paso adelante porque considero que es mi obligación exponer las malas interpretaciones de lo que es el abuso sexual infantil y llamar la atención de que cada día nosotros, como sociedad, estamos fallando en la protección de los más vulnerables e inocentes: nuestros niños", explica.

En el vídeo explica cómo Ruffalo sigue viviendo tranquilamente en California, algo que a ella la obliga a mirar constantemente hacia atrás y hacer un repaso de su vida: "Cuando abusaron de mí, no había nadie que me salvara, me protegiera o hiciera nada al respecto. Aquellas personas que vuelven la vista y que no impiden que ocurran los abusos sexuales han de asumir responsabilidades".

Hacia el final del vídeo se considera a sí misma "una afortunada" porque poder hablar de lo que le pasó le "salvó la vida". "Si no, habría sido simplemente otra estadística", concluye, poco después de admitir que no es fácil para un niño o una niña hablar de los abusos que han cometido sobre ellos ("creen que serán ellos los juzgados") y de cómo se inició en las drogas por ello.

Las réplicas

Patricia Gucci ha emitido un comunicado que ha publicado el propio New York Times en el que no niega lo que hizo Joseph Ruffalo pero ella se autoexonera de toda culpa que pueda verter su hija sobre su responsabilidad en los abusos. "Estoy profundamente triste por el dolor que Joseph Ruffalo causó a Alexandra. Lo que le hizo no tiene excusa posible y me quedé destrozada cuando me lo contó todo en la consulta del médico de familia en Londres en septiembre de 2007", afirma, siendo aquello lo que puso fin a su matrimonio con su segundo esposo.

"Inmediatamente comencé los procedimientos para mi divorcio con el señor Ruffalo y, a través de asesoramiento profesional, comencé la recuperación de mi familia. De igual manera, estoy completamente devastada por las acusaciones contra mí y contra su abuela, que son completamente falsas", añade.

Richard P. Carane Jr., el abogado de Ruffalo, ha sido el encargado de hablar en nombre de su representado y, en primer lugar, le ha hecho saber al periódico que no les ha llegado ninguna demanda todavía y que, por tanto, desconocían los detalles de la acusación.

Sin embargo, "[Joseph Ruffalo] niega de manera vehemente y categórica lo que le han contado. Mientras estuvo casado con la madre de Alexandra, el señor Ruffalo y su mujer se preocuparon enormemente por el bienestar mental de Alexandra y los pasos que debían tomar para gestionar su inestabilidad. Aparentemente, sus esfuerzos fracasaron".

Estas palabras son una referencia velada al reconocido consumo de cocaína y metanfetaminas de Alexandra, del que ella misma habla en la demanda, puesto que su consumo, asegura, vino animado por su propio padrastro. Estas adicciones acabarían con ella prestigiosa clínica Sierra Tucson, donde se han intentado reformar de sus malos hábitos otras celebrities como Whitney Huston,  Ringo Starr o Michael Douglas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento