Navidad. Estamos en Navidad, sí, unas fechas especiales que gustan a muchos igual que desagrada a otros tantos por esa combinación de felicidad y melancolía que se mantiene antes, durante y después de estos días tan señalados. Quizá ganen aquellos que piensan que la Navidad es una época feliz del año, como demuestra un estudio que señala que el 58% de los españoles piensa que serán tan felices ahora como lo eran el mismo periodo del año anterior.

Pero la Navidad da para mucho. No hay día que pasa en el que aparezcan informaciones sobre hechos curiosos, algunos excéntricos, de personas o instituciones que celebran estos días de una forma que, como mínimo, llama la atención.

Pasamos desde la concentración, con récord Guinness incluido, de miles de Santa Claus en Oporto a la bola de Navidad más grande del mundo (65 centímetros de diámetro y 20 kilos de pesos son sus medidas) creada por el alemán Franz Paternosta; sin olvidar la felicitación navideña 'sui generis' de la familia Bush y su mascota ni a los 'frikis' del mundo entero que aprovechan la ocasión para disfrazarse de lo más variopinto.

La mayor particularidad de esta Navidad, por la que quizá pueda ser recordada por una inmensa mayoría, es que se trata de la Navidad de la crisis. ¿Alguna duda? Los turrones se venden más pequeños y baratos; las cenas y cestas de Navidad brillan por su ausencia, los trabajos navideños han tenido más demanda y todas las ciudades han apostado por iluminar menos calles y con materiales más ecológicos. Ni qué decir de los Reyes Magos y Papá Noel, que este año han reducido su presupuesto.

¿Nació Cristo el 25 de diciembre?

La RAE define a la Navidad como la 'Natividad de Nuestro Señor Jesucristo' y 'El tiempo inmediato a este día, hasta la festividad de Reyes'. Para algunos, simplemente, significa unos días de fiesta y vacaciones y se olvidan de ese significado religioso que, por otra parte, no siempre ha existido.

Hay teorías que apuntan a que Jesucristo nació en meses de la primavera pero se fijó su nacimiento el 25 de diciembre para adaptar algunas costumbres paganas a las cristianas. O viceversa. En concreto, en esa fecha se celebraba en la antigüedad el solsticio de invierno y se rendía culto al Sol y fue el papa Julio I, en el año 350, quien pidió que el nacimiento de Cristo se festejara ese día.

Vamos con la decoración. En todos los sitios hay árboles de Navidad, cada cual más espectacular, que emergen como uno de los principales símbolos de estas fechas. Y ya no sirve el simple árbol decorado con bolas, figuras y luces, cada vez más se recurre a lo original para destacar.

Brasil, por ejemplo, tiene el árbol flotante más grande del mundo mientras Singapur tiene el más caro con uno formado con 21.798 diamantes y casi 4.000 cristales valorado en un millón de euros. También hay árboles de chocolate, otros formados con televisores y algunos ecológicos (está de moda) iluminados con hidrógeno. Nada que ver con los primeros árboles de Navidad que nacieron en Alemania durante la Edad Media...

Belenes y dulces

Con los belenes también ha habido evolución, por supuesto. Hay diversas teorías sobre su origen pero siempre se suele mencionar en la historia de los belenes a San Francisco de Asís, que en una cueva de la localidad italiana de Greccio preparó, en 1223, una representación viviente de un pesebre. Fue considerado como el primer belén de la historia.

Ahora hay belenes en todos los sitios, se hacen colas para verlos y concursos para calibrar su belleza. Hay verdaderos pueblos en miniatura tan reales que cada año siempre nos sorprenden. Lo último es un belén de chocolate de Machu Pichu o uno que cuenta con Franco haciendo de niño Jesús. También los hay que se instalan entre tiburones o están hechos con kilos y kilos de arena. Sorprende, haz algo curioso, y acertarás.

¿Y qué pasa con los dulces? Los españoles aún tienen el susto en el cuerpo después de ver cómo la Unión Europea se planteaba prohibir el tradicional roscón de Reyes por una normativa de seguridad sobre los juguetes. Quizá se vuelva a usar habas como se hacía en los roscones originales de la Edad Media. Quedan los turrones,  eso sí, aunque más pequeños por culpa de la crisis.

Es la curiosa Navidad, que cada año suma más peculiaridades a su particular historia. Ésta es la de la crisis, la del año que viene ya se verá.