El sexo también sufre el retorno

Las consultas al sexólogo se disparan en agosto. No es sólo el síndrome posvacacional por la vuelta al trabajo: tras el verano, la frustración amorosa puede crecer, según los expertos.
Vacaciones de verano. Periodo mágico. Época de ilusiones: me renovaré, dejaré de fumar, luciré un biquini sexy, seré un león del sexo... Pero, finalmente, el espejito se rompe, según los expertos.

Es la otra cara de la síndrome posvacacional: las consultas sexológicas se disparan en el estío, y al regreso revelan problemas con la pareja. «Pensamos durante el año que nuestra insatisfacción deriva del estrés laboral y creemos que el verano es la gran época para nuestra sexualidad», explica Emilio Marqueze, director de www.marqueze.net, web especializada en consultoría sexual que incrementa su demanda en un 50% en verano.

Y la realidad acaba siendo otra: «Se dan cuenta de que tienen un problema que han postergado, y en septiembre llega la crisis», dice Emilio.

Problemas comunes

Los problemas de la libido  son comunes, según Marqueze.net: Los hombres se centran en las disfunciones de su miembro (eyaculación precoz, impotencia...), y las mujeres, «menos egoístas», en su insatisfacción en la pareja. Así que si todavía queremos aprobar este nuevo curso: «Comunicación y cumplir las fantasías del otro desde ahora mismo».

Cuéntanos tu caso y consulta a nuestra sexóloga Pilar Cristóbal

Un problema de concepto

«El síndrome posvacacional viene dado por un error de concepto –explica la psicóloga Elena Borges–, no entendemos que las vacaciones son para reponer energías, y las asumimos con expectativas muy altas». José Buendía, profesor de psicopatología de la Universidad de Murcia, niega la existencia de este síndrome: «Es una invención frívola de profesionales light. Lo que se produce es una situación de desajuste entre vacaciones y trabajo, por lo que se requiere  un mero proceso de adaptación a un ritmo de vida diferente».

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