Este viernes, Lydia Lozano protagonizó la primera entrega de la nueva temporada de Mi casa es la tuya. El programa presentado por Bertín Osborne hizo un recorrido exhaustivo por la vida de la periodista, empezando por su tardío nacimiento -fue oncemesina- y pasando por la época en la que estudió en la universidad Complutense evitando las clases que impartía su hermano Jorge.

Lydia Lozano se rompe al hablar con Bertín Osborne del accidente de tráfico en el que murió su novio

Según contó, rápidamente empezó a trabajar, por lo que vivió la que considera la "época dorada" de la prensa rosa. La periodista hizo una mueca de desencanto cuando Osborne mencionó Sálvame que se terminó convirtiendo en un alegato por los programas del corazón de antes.

Además de hacer mención a la diferencia en lo que se ganaba antiguamente y ahora por exclusivas o reportajes, algo que, aseguró, había ido a menos de manera estrepitosa; la colaboradora hizo especial énfasis al distinguir a los protagonistas de las historias de antes y a los de ahora. 

Según contó, echaba de menos las entrevistas a personajes con más recorrido. "Quiero que venga alguien vivido y que me cuente, por ejemplo, cómo son las cosas detrás del telón de un teatro, cómo se liga ahí". Y puso un ejemplo: "Antes iba Carmina Ordóñez a un plató y era increíble".

El problema, dijo, estaba en que ahora todos los invitados eran procedentes de realities como La isla de las tentaciones o Gran Hermano. En las redes sociales fue un comentario suscrito por muchos usuarios que coincidían en la crítica y en extrañar el tipo de contenidos que copaba la televisión antes de que proliferaran los concursos de realidad.