"Abrimos la fosa con la esperanza de poder encontrar los cuerpos, una vez hallados cruzaremos el ADN con el de los familiares vivos y, en caso de que haya coincidencia genética, podremos empezar a poner nombres y apellidos a los restos", ha afirmado la consellera de Justicia de la Generalitat, Ester Capella que ha asistido al acto y ha agradecido la presencia de las familias de algunos de los hombres fusilados.

Capella ha contado que las tropas franquistas ocuparon en abril la localidad de Isavarre "y nada más llegar a pisar este país, estas tierras, detuvieron a los 10 hombres que en aquella época vivían en el pueblo, porque el resto estaban en el frente, eran civiles y la mayoría tenían 50 o más años" y ha agregado que uno o dos días después los fusilaron en la fosa que a ellos mismos les hicieron cavar.

El Ayuntamiento de Alt Àneu instaló en 2004 un monolito con los nombres de los 10 hombres: Francesc Bringué, Francesc Móra, Ramon Sala, Joan Paulet, Francesc Capdevila, Jaume Sabaté, Albert Mateu, Josep Añel, Joan Font y Pere Sala.

Al acto han asistido, además de familiares de los hombres fusilados, el alcalde de Alt Àneu, Xavier Llena; la delegada del Govern en el Alt Pirineu i Aran, Rosa Amorós, y el presidente del Consell Comarcal del Pallars Sobirà, comarca a la que pertenece Sorpe, Carlos Isús.

La fosa de Sorpe es la número 31 que la Generalitat ha abierto a través del Plan de fosas, el programa con el que desde 2017 planifica y prioriza la apertura de fosas y los trabajos para identificar las víctimas.

Según la Conselleria de Justicia, las excavaciones del Plan de fosas han facilitado la recuperación de restos de 308 personas.