Escandell ha asegurado que ahora se está "en un escenario completamente diferente" y que "tan pronto" se sospechó sobre el posible caso de coronavirus, el profesional y las personas que tuvieron contacto directo con el positivo han quedado aisladas. En concreto, se trata de ocho usuarios y tres compañeros de trabajo.
Según la consellera, el hecho de que no se volviera atrás en todos los protocolos de seguridad a pesar de la desescalada y del fin del estado de alarma, junto al mantenimiento de la sectorización de grupos, ha permitido que "se tenga perfectamente delimitado el escenario de contactos" y "los protocolos son mucho más sencillos".
Asimismo, ha asegurado que no habrá que cerrar el centro porque el "escenario es completamente diferente" a cuando comenzó la pandemia.
"Antes había poquísimas pruebas y cuando se hacían la sintomatología ya era grave. Hoy por hoy, la capacidad sanitaria del Servicio de Salud es lo suficientemente grande para realizar pruebas masivas e ir detectando casos en las fases incipientes, controlándolos así desde el primer momento", ha explicado Escandell.
Con las medidas de sectorización, no es necesario tener que aislar al resto del hospital, según ha añadido.
La consellera ha recordado que al aislar una residencia, quedan personas en ella y se debe en estos usuarios desde un "punto de vista humanitario". "Cuando encierras a una persona su calidad de vida se ve gravemente afectada", ha concluido.
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