Los contagios por coronavirus siguen una curva ascendente y no se ve fin a la pandemia a nivel mundial por el momento. Los esfuerzos por detener los brotes son innumerables, pero se antojan insuficientes ya que el número de situaciones que pueden dar lugar a ellos exceden cualquier medida preventiva. Un buen ejemplo puede ser una reunión familiar de apenas 14 personas, como ocurrió en Carolina del Norte.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que este tipo de reuniones, especialmente en espacios cerrados, son importantes vías de transmisión del virus. Un buen ejemplo ha sido una reunión familiar que tuvo lugar en Catawba, en el centro oeste de Carolina del Norte, donde una veintena de personas se dieron cita.

El encuentro, recogido por la BBC y del que las autoridades no dieron excesivos detalles para preservar la intimidad de sus participantes, tuvo lugar a principios de agosto y se saldó con 14 contagiados. No se usaron mascarillas ni se respetó el mínimo de distanciamiento.

El número de contagios no se conoció hasta días después, con el brote ya provocado, ya que los infectados de aquella reunión no mostraron síntomas en los primeros días y continuaron haciendo su vida normal.

La cadena de contagio, hasta que fue detectada, se tradujo en 41 personas afectadas en nueve familias distintas y ocho lugares de trabajo diferentes. En total, 31 adultos, cuatro mayores y seis niños. Uno de estos niños, por ejemplo, contagió a dos de sus abuelos.

Todos los contagios se produjeron en un espacio de apenas 16 días y da una idea de cómo situaciones normales para las fechas que vivimos pueden provocar un brote de decenas de casos con suma facilidad.

Emily Killian, especialista del Departamento de Salud Pública de Catawba, explica que según pasan los días es más difícil reconstruir el origen del brote debido a la rápida propagación del virus. No en vano, hasta este brote detectado a principios de agosto, el condado de Catawba, de 160.000 habitantes, sumaba ya 2.000 casos de covid-19 y 29 muertos.