Por este motivo, esta campaña de recolección se inicia con dos semanas de retraso "debido a que la lluvia persistente y el granizo del mes de abril provocaron retrasos y daños en las siembras", y que obligó a replantar "debido a los daños por las tormentas, lo que provoca que parte de la planta haya quedado más débil", apunta el secretario de agricultura de UPA-UCE, José Cruz.

A esto se une que las altas temperaturas de las últimas semanas están generando problemas como el fitosanitario y el asolanamiento del tomate, que "provocarán una reducción adicional importante que todavía no se puede concretar", señala esta organización agraria en nota de prensa.

Con respecto al mercado nacional e internacional de tomate transformado, UPA-UCE señala que "se está produciendo una subida de la demanda con respecto a años anteriores lo que conllevará una subida de los precios para las industrias".

Esta organización agraria reclama que "una parte de esos beneficios repercuta en una subida de precios para los agricultores", que están produciendo con "precios congelados" en los últimos años a pesar de las subidas de los costes de producción.

"Nos podemos encontrar con la paradoja de que en un año de bonanza para la industria, los agricultores no sean capaces de cubrir costes", advierte Cruz.