En España hay 11 millones de trabajadores de los casi 23 millones que conforman la población activa que cuentan con una amplia experiencia en el ejercicio de su actividad profesional pero que carecen de un título oficial que acredite sus conocimientos. Javier Nieva, de 55 años, es uno de ellos. Tiene un negocio de reparación de calzado en Madrid y conoce el oficio como pocos gracias a sus más de 40 años restaurando zapatos de todo tipo. 

"Empecé trabajando a los 14 años en una ortopedia y allí aprendí los entresijos del zapato", cuenta Nieva, hace unos meses nombrado mejor zapatero del mundo tras ganar el primer premio en una feria del sector en Alemania. Este madrileño, sin embargo, carece de cualquier tipo de documento que acredite sus conocimientos de un oficio en el que en la actualidad hay "muchos chapuzas que lo desprestigian". "Tener un título siempre te abre más puertas, da un valor añadido a tu trabajo y demuestra a los que no te conocen que estás capacitado", asegura. 

Necesitaba sacarme un certificado profesional para seguir trabajando pese a tener 15 años de experiencia"

El hecho de no contar con una acreditación oficial sitúa a estos ciudadanos en inferioridad de condiciones en el mercado laboral con respecto a otros que sí pueden acreditar sus competencias profesionales. "Estaba trabajando de cuidadora en una residencia de mayores y la empresa me comunicó que necesitaba sacarme un certificado profesional para poder seguir trabajando pese tener 15 años de experiencia", explica María del Mar Pérez Gómez, de 38 años, que posee el certificado en Atención Sociosanitaria y lleva 20 en el sector. 

"Las convocatorias para estas acreditaciones han sido insuficientes en los últimos años, lo que ha dificultado la obtención de un título a muchas de las personas que lo necesitaban porque sus empresas se lo exigían para seguir trabajando", precisa  Juan Posadas, director de Masercisa, el centro de formación del sindicato UGT.

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La evaluación será permanente

Por ese motivo, el Gobierno se ha marcado como una prioridad que buena parte de todas aquellas personas con experiencia profesional pero sin titulación puedan obtener una certificación profesional tras pasar unas pruebas. Las convocatorias para estos procesos serán permanentes (los trabajadores podrán solicitar su evaluación en cualquier momento) y no puntuales como hasta ahora han estado haciendo las comunidades autónomas. Esto permitirá a los ciudadanos obtener luego un título de Formación Profesional (FP) convalidando la parte del temario que ya han demostrado que dominan.

Esta es una de las principales medidas del nuevo Plan de Modernización de la Formación Profesional del Ejecutivo, que prevé una inversión de 1.497 millones de euros en los próximos cuatro años. Este año el desembolso inicial será de 316 millones de euros y la mayor partida (127) se destinará a la acreditación de competencias básicas y profesionales.

El objetivo principal con esta iniciativa es acreditar hasta 2023 las competencias del 40% de la población activa menor de 55 años que carece de titulación, lo que equivale a 3.3 millones de personas. 

Formación flexible y 200.000 plazas más

Este plan persigue además facilitar a los alumnos una formación adaptada a lo que necesitan en función de sus intereses y necesidades laborales. Así, una persona podrá matricularse exclusivamente en los módulos que desee sin tener que cursar todos los que integran un título o un curso de especialización. 

El Gobierno también quiere potenciar la oferta en este plan de modernización y va a impulsar la creación de 200.000 plazas más de FP hasta 2023, para dar respuesta a la creciente demanda de estas enseñanzas, cuyo número de alumnos ha subido un 20% en el último lustro hasta superar 837.000 estudiantes. 

Por su parte, la oferta de titulaciones se ampliará a lo largo del próximo curso 2020-2021 con nuevos títulos como Videojuegos, Inteligencia Artificial y Big Data, Fabricación aditiva- 3D o Ciberseguridad en Entornos de Producción.

En cuanto a la FP Dual, que combina la formación en el aula con las prácticas en los centros de trabajo, el Ejecutivo apuesta por la incorporación de las empresas de cada sector, incluidas pymes y micropymes, al ecosistema de Formación Profesional o a la ampliación de la duración del módulo de formación en los centros de trabajo.

El Gobierno espera que todas estas medidas contribuyan a que nuestro país salga de la cola en matriculaciones de FP entre los países desarrollados, con solo un 12% de los alumnos de entre 15 y 19 años cursando estos estudios frente al 25% de media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Y todo peses a que la empleabilidad de la FP en España está cerca del 80%.