El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, ha visitado este miércoles el inicio de las obras de un enclave junto a los restos de la aldea originaria de la ciudad, que se desarrolló entre los siglos VII y IV antes de Cristo, y al que los viandantes podrán llegar a pie a través del nuevo recorrido.

En cuanto al proyecto, con una inversión de 1,5 millones y un plazo de ejecución de doce meses, el regidor municipal ha destacado que convertirá a la zona en "una gran área verde" que permitirá compatibilizar la función arqueológica de este espacio con la de parque urbano, espacio cultural y mirador de la ciudad, integrado en el Conjunto Histórico declarado.

Las obras se van a centrar en la creación de una pequeña plaza en la base del cerro desde la que se accederá a él a través de unos senderos en rampa que se construirán sobre los bancales de la ladera, con áreas estanciales para disfrutar de las vistas y del descanso a lo largo del itinerario que comunicará con la plataforma superior.

A lo largo de estos senderos peatonales habrá bancos y el consistorio plantará nuevos árboles frutales, el motivo de ser frutales es que el "espítitu" de huerto casa con el uso que hace siglos le dieron los religiosos de San Vicente.

Asimismo, está prevista la señalización del recorrido con los hitos más significativos de este entorno, la iluminación del paisaje y la integración de los restos arqueológicos existentes en el mismo.

NUEVA ESCALERA

Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Salamanca iniciará la construcción de una nueva escalera de acceso al Cerro de San Vicente desde la Vaguada de la Palma, a través de la calle Puentecillo de la Alberca, que unirá las calles Empedrada y San Gerardo, un proyecto que cuenta con un presupuesto de casi 180.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses.

El alcalde ha destacado que la parcela sobre la que se acometerán los trabajos, de unos 164 metros cuadrados, quedó en el año 2000 como un corredor entre las viviendas construidas entonces y un muro que delimita el Cerro de San Vicente.

Para que no sea una escalera monótona y peligrosa, los diferentes tramos cambiarán de posición y trazado ('zigzagueante') que limita a doce el número máximo de peldaños en cada tramo.

De esta forma, el consistorio dotará a esta zona de un itinerario más cómodo y más seguro para los usuarios, completado con barandillas, pasamanos y quitamiedos.