Diez años de la marcha contra la sentencia del Estatut en Cataluña: los inicios del 'procés'

  • El 28 de junio de 2010, el Tribunal Constitucional tumbó 14 artículos del Estatut de Cataluña de 2006 y reinterpretó otros 27.
  • "El camino que escogió el nacionalismo fue el equivocado. Las intenciones son una cosa, pero el resultado ha sido otro", sostiene Montilla diez años después.
Cabecera de la manifestación de este sábado en Barcelona, con Montilla en el centro y rodeado de cargos y ex cargos políticos catalanes.
Cabecera de la manifestación contra la sentencia del Estatut el 10 de julio de 2010 en Barcelona, con Montilla en el centro.
EFE
Cabecera de la manifestación de este sábado en Barcelona, con Montilla en el centro y rodeado de cargos y ex cargos políticos catalanes.

El 7 de noviembre del 2007, el entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, advirtió de que en Cataluña crecía la "desafección emocional" hacia España. Apenas tres años después, el 10 de julio de 2010, ese malestar se hizo evidente con una manifestación que llenó las calles del centro de Barcelona.

El punto de inflexión que, según algunos analistas, anticipó el denominado "procés" catalán se desencadenó días antes, el 28 de junio, cuando el Tribunal Constitucional tumbó 14 artículos del Estatut de Cataluña de 2006 y reinterpretó otros 27.

Tras pronunciarse el Alto Tribunal, Òmnium Cultural -no existía aún la Asamblea Nacional Catalana- convocó una manifestación a la que enseguida se sumaron no solo todos los partidos del Parlament salvo PPC y Ciudadanos, sino también sindicatos, patronales y entidades.

Fuentes de Òmnium consultadas por Efe diez años después han destacado que la manifestación ya se preparaba de antes porque "temían" la decisión del TC y querían una respuesta "transversal".

Pero el gobierno tripartito de PSC, ERC e ICV-EUiA agotaba sus días -en noviembre habrían elecciones- y pese a la proclamada voluntad de unidad, entre la publicación de la sentencia y la manifestación surgieron no pocas discrepancias sobre quién debía encabezarla y cuál debía ser su lema.

Dos cabeceras: una presidida por políticos y la otra por la "sociedad civil"

Tras mucho debate, se acordaron dos cabeceras: una presidida por una senyera y formada por el president Montilla, los expresidentes Jordi Pujol y Pasqual Maragall, y los expresidentes del Parlament Ernest Benach, Joan Rigol y Heribert Barrera-

La segunda estaría encabezada por entidades de la "sociedad civil" -una pauta que el independentismo adoptaría a partir de 2012 en sus manifestaciones multitudinarias- con el eslogan "Som una nació. Nosaltres decidim" (somos una nación, nosotros decidimos).

Diversas fuentes que participaron en las negociaciones previas coinciden en lamentar el ambiente preelectoral que dificultó el acuerdo, sobre todo entre los integrantes del Govern tripartito y la CiU de Artur Mas, en la oposición pero con las encuestas de cara.

"CiU no jugó limpio esos días. Querían usar todo el malestar popular contra el gobierno de izquierdas. Pero para nosotros era muy importante que estuviera el PSC porque reforzaba la idea de una reivindicación de país", recuerda el exlíder de ERC, Joan Puigcercós.

En la misma línea, fuentes socialistas presentes en aquellas negociaciones aseguran que CiU intentó convertir la marcha contra la sentencia del Estatut en una manifestación "contra Montilla".

Consultado Montilla, reivindica que hizo "lo que tocaba hacer" al encabezar la marcha: "No me arrepiento En ese momento el presidente de la Generalitat tenía que hacer lo que yo hice".

La única condición que puso, detalla, es que "no iría detrás de ninguna pancarta" porque "la manifestación tenía que estar encabezada por una senyera" como símbolo que mejor aglutina a los catalanes.

Los inicios del 'procés'

Mas, entonces jefe de la oposición y que había pactado con el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero el desbloqueo del Estatut, evita hoy entrar en polémicas y destaca que la manifestación abrió una etapa de "cambio profundo" en la política catalana que se constató con una victoria de CiU meses después.

Con el tiempo la etapa tras la sentencia del TC recibiría el nombre de 'procés'. Y es que, aunque algunos sitúan su origen en la Diada de 2012, aquel sábado de julio, víspera de la final del Mundial que ganó España, dejó detalles del tsunami que venía.

Para algunos testimonios, los gritos de "independencia" y las "esteladas" que se vieron el 10J fueron los primeros indicios del viraje secesionista que después haría parte de la sociedad catalana.

Otra imagen de la manifestación fue la de personas increpando a Montilla al final de la marcha. "Me incomodó muchísimo porque era consciente que había sectores cerca de la cabecera que sólo querían erosionar al president", recuerda el republicano Joan Puigcercós.

Tampoco gustaron los gritos de "fuera Montilla y fuera el PSC" a los organizadores, aunque el hoy vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, cree que fue "un episodio anecdótico".

Coincide en ese diagnóstico Montilla, que resalta que quienes le increparon era "una minoría". Pero niega que le intentaran agredir o que se tuviera que marchar escoltado de la manifestación, como recogieron algunos medios de comunicación.

"No me marché. En un momento del recorrido, la manifestación quedó bloqueada y la cabecera se disolvió. Me venían a recoger en la conselleria de Justicia y me fui andando hasta ahí", explica.

Esa fue la última gran movilización relacionada con las reivindicaciones nacionales de Cataluña en la que tomó parte el PSC.

"Lo que nos tenemos que preguntar es, ¿el autogobierno de Cataluña es mejor ahora que hace diez años? ¿el país está mejor, más unido? Creo que no. El camino que escogió el nacionalismo fue el equivocado. Las intenciones son una cosa, pero el resultado ha sido otro", sostiene Montilla diez años después de la tarde en la que, según no pocos, "comenzó todo lo que vino después".

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