Un "enorme foco de interés cultural" y un proyecto estratégico "con mayúsculas" con dimensión internacional. Así definieron este miércoles el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, la intervención que se va a llevar a cabo, tras décadas de abandono, en la Real Fábrica de Artillería, que está previsto que en 2022 abra sus puertas convertida en el Centro Magallanes, un espacio para el emprendimiento de industrias culturales y creativas.
El Ayuntamiento hispalense ha aprobado ya la licitación de las obras, que se espera que comiencen –siempre que se cumplan los plazos administrativos– antes de que finalice este año y que tendrán un plazo de ejecución de 18 meses. La inversión total de estos trabajos asciende a 23,8 millones de euros, de los cuales el 53% los financiará la Gerencia de Urbanismo y el resto a través de los fondos europeos, con cargo al programa de Cooperación Interreg V-A España Portugal 2014-2020. "Es la mayor inversión pública en patrimonio del Ayuntamiento en muchos años", ha afirmado Espadas, que ha llegado incluso a compararlo con las intervenciones realizadas en la Exposición Universal de 1992.
Las obras se ejecutarán sobre una superficie de 10.000 metros cuadrados de los 21.700 que tiene en total el conjunto fabril. De ellos, 2.000 corresponden a patios y espacios libres, zonas que tras las obras quedarán abiertas a todos los ciudadanos. Así, se recuperará el tránsito en la calle principal de la fábrica, la que conecta Eduardo Dato con la calle Cofia, así como en los patios. "No se trata solo de ir a consumir cultura, sino de que se integre como cualquier otro espacio público de la ciudad", ha explicado la directora general de Cultura, Isabel Ojeda, que señala que se están estudiando otras vías de entrada al conjunto fabril.
El proyecto supone la intervención en el sector occidental de la fábrica, en diferentes espacios históricos como las antiguas naves de Barrenado, cuyo taller se habilitará como sala polivalente; la Nave de Botani, que será el nuevo foro Magallanes; el Taller de Fundición, que se convertirá en Taller de Creación; o las Naves de Crisoles, que serán espacios formativos. Además, las crujías de la fachada de Eduardo Dato se habilitarán como zona de administración y gestión.
Las obras se enmarcan dentro de una estrategia de generación de actividad económica y empleo vinculada a la cultura en colaboración con agentes portugueses y con la Junta. Cabe recordar que el Ayuntamiento ya ha invertido en los últimos cinco años dos millones de euros en este conjunto que permiten su uso para distintas iniciativas culturales.
Además, hay en marcha otras actuaciones en la fábrica como la mejora del pavimento, con una inversión de 240.000 euros; la rehabilitación de las fachadas, que se encuentra en licitación, por 600.000 euros; y se encuentra en estudio el trabajo para la rehabilitación de las naves neoclásicas, por 1,5 millones de euros.
En paralelo a este proyecto, el Ayuntamiento trabaja ya en el modelo de gestión del futuro Centro Magallanes, que podrá estar definido en octubre. No en vano, el ICAS ha adjudicado ya un contrato a Zemos 98, como referente sevillano, y a la empresa francesa Cenqatre para la definición de ese modelo de gestión y de los estudios de viabilidad económico y financiera.
Igualmente, el Consistorio está intentando que, mientras se ejecutan las obras, se pueda mantener una programación cultural en la fábrica, a través de la convocatoria del Banco de Proyectos vinculada al V Centenario de la Vuelta al Mundo.
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