Con tan solo 12 años, Keedron Bryant enamoró al mundo tras compartir el pasado 26 de mayo en las redes sociales su canción I just want to live, un grito contra el racismo tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en la ciudad de Mineápolis (Minnesota, EE UU).
El mensaje del menor fue aplaudido por los usuarios a nivel global. Incluso personalidades como Lupita Nyong’o, LeBron James, Eva Longoria o Janet Jackson se rindieron a sus pies. Y así ha sucedido también con la compañía discográfica Warner Records, con la que Bryant ha firmado un contrato.
Los beneficios que se recauden con I just want to live, que ha salido este viernes, irán destinados a la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP).
Así, Warner Records destinará el 100% de las ganancias netas y se prevé la donación de 50.000 dólares en las primeras 24 horas. Esta es una buena noticia para todas las personas que pelean por los derechos de la comunidad negra, así como para el joven y su madre, Johnnetta Bryant, quien compuso el tema.
"A la luz de todo lo que está sucediendo, especialmente nuestra situación reciente, cuando escuché al Sr. Floyd llamar a su madre, como madre negra que soy, me golpeó profundamente, y comencé a orar, y entonces dije: 'Dios, este mundo necesita ayuda como nunca antes", explicó la mujer en el medio Today.
Por su parte, el menor consideró en una entrevista para el mismo medio que le "entristeció tener que cantar eso porque es injusto que no podamos salir y, como dice la canción, vivir".
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