La nueva depuradora ocupará 6,7 hectáreas, 0,7 más que la actual. Este incremento se debe, según explicó ayer la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, “al soterramiento de parte de la planta”. En la presentación oficial del proyecto se comprobó que no toda la infraestructura irá bajo tierra, sino que el soterramiento sólo afectará a los residuos primarios, es decir, a la primera fase que elimina los restos más grandes.

De todos modos, la Elena Espinosa aseguró que las “últimas tecnologías” pondrán fin a los malos olores y conseguirá duplicar la capacidad de la planta. La actuación incluye la construcción de un nuevo emisario submarino (que lleva las aguas al mar), una nueva línea eléctrica de más de tres kilómetros y la modernización integral de la depuradora actual.

La aplicación de nuevas tecnologías reducirá el volumen de residuos generados y dará más calidad microbiológica a las aguas de la ría. Será “una instalación moderna, compacta y semisoterrada”, apuntó la ministra de Medio Ambiente.

Al margen de las 6,7 hectáreas que ocupará la planta, se prevén más de cuatro hectáreas de ajardinamiento en los alrededores y la recuperación de 1,39 hectáreas de la marisma. Las obras deberán hacerse por fases para permitir que la actual planta siga funcionando mientras se construye la nueva dentro los mismos terrenos.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, indicó que en marzo de 2009 se podrá licitar la obra, a pesar de que este paso se preveía dar este mismo año. Lo que si se hará en 2008 es la firma de la colaboración financiera entre las tres administraciones. Del total de los 235 millones de euros que costará la obra, el Ministerio aportará 112 millones. La Xunta costeará el 35% y el Concello, un 10%.

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