El Gobierno está ultimando una reforma del Código Penal con el objetivo de que los terroristas detenidos sean muy controlados una vez que cumplan sus condenas en la cárcel. Así, está previsto que, tras la pena máxima para los asesinatos terroristas a 40 años de encierro, exista la posibilidad de que haya entre 1 y 20 años de libertad vigilada una vez que salgan de la cárcel.

El objetivo es establecer una serie de "limitaciones a la libertad" de los delincuentes que más alarma social generan. En el grupo entran los terroristas y los pederastas. Esta libertad vigilada se estudiará en cada caso por una unidad de vigilancia penitenciaria y se impondrá sólo si el delincuente "es reincidente o tenga un pronóstico negativo de rehabilitación".

Esa libertad vigilada se realizaría con más de 10 medidas preventivas que deben cumplir los condenados como comparecencias judiciales periódicas, pulseras electrónicas de seguimiento y programas formativos de reinserción. También se prohibirá vivir cerca de las víctimas.

Con carácter retroactivo

Justicia ha dejado claro que ninguna de estas medidas se aplicará con carácter retroactivo a los delincuentes que están ahora en prisión ni a los etarras que hayan podido cometer atentados y aún no han sido juzgados.

El proyecto de ley para desarrollar el nuevo Código Penal será aprobado en el Consejo de Ministros del próximo viernes. La propuesta prevé, además, que los delitos de terrorismo más graves, como los asesinatos, no prescriban.

Con estas reformas se quiere evitar casos como el de De Juana Chaos, en libertad desde el pasado mes de agosto y que se fue a vivir en un principio a su casa de San Sebastián, muy cercana a la vivienda de algunas de sus víctimas. Más tarde, el terrorista se fue a Irlanda y actualmente pesa sobre él una orden de busca y captura al no comparecer para ser interrogado como imputado por un delito de enaltecimiento del terrorismo.