La decisión se enmarca en la actual coyuntura y las consecuencias de la pandemia del COVID-19, lo que hará, con casi total probabilidad, que la apertura del Año Santo se produzca en algún momento del último trimestre de 2020.

La Diócesis ha explicado que la decisión pretende salvaguardar la seguridad de los visitantes que acudan a la Seo burgalesa y poder cumplir, con confianza y garantías sanitarias, la realización de los principales gestos jubilares, como la peregrinación y la celebración de los sacramentos de la eucaristía y la confesión.

En este sentido, ha remarcado que, en las actuales circunstancias, no se reúnen los requisitos para que los ritos propios del Año Jubilar se den con garantías, por lo que se cursará aviso a la Santa Sede en los próximos días de la decisión tomada.

En cualquier caso, el Año Jubilar concluirá el 7 de noviembre de 2021, coincidiendo con el día de la Iglesia Diocesana, evento que vincula la celebración del VIII Centenario con la vida de la Iglesia en Burgos.