El plan de demolición, que se presentó el 25 de febrero y se puso en práctica de inmediato, más de diez días después del incendio, preveía que la obra no tenía "plazo preciso de ejecución" aunque se consideraba probable "un intervalo de entre 10 y 11 meses", lo que hubiera situado el fin de las obras hacia finales de año.

Un plazo que pareció quedar corto cuando, apenas iniciadas las obras, las grúas tuvieron que parar de trabajar como consecuencia de sucesivos temporales de viento en un invierno especialmente crudo en la capital, que registró una nevada histórica el 23 de febrero que hizo temer por la estabilidad de lo que quedaba en pie del Windsor.

El desmontaje de las cuatro grúas que han terminado con los restos calcinados del edificio comenzó el pasado día 10 por la noche, y para el traslado de las mismas se utilizarán camiones tráiler y vehículos de transporte especial dado el tamaño de las estructuras y su elevado peso (entre 300 y 500 toneladas).

Queda arreglar la calle

El siguiente paso será acondicionar el tramo de la calle de Raimundo Fernández Villaverde que se ha visto afectado, tras lo cual se reabrirá al tráfico el día 31 el paso elevado que discurre hasta la plaza de la República Argentina, lo que debería reducir los atascos en la calle José Abascal, saturada desde el día del incendio.

La reapertura al tráfico de Raimundo Fernández Villaverde permitirá además aprovechar el túnel que sustituyó al paso elevado de la glorieta de Cuatro Caminos y que fue inaugurado el 2 de marzo pasado, cuya utilidad quedó muy limitada por el espacio que las grúas ocupaban en la calzada.