Según ha informado el departamento de Salud, los parámetros microbiológicos y físico-químicos, uno de los cuáles es la cloración, han obligado a la declaración del agua del suministro como no apta. Los análisis fueron realizados con muestras tomadas hace unos días, cuando por los grifos de las casas salía agua turbia con un ligero color amarillento, y ayer se comunicó que no era apta para el consumo.
El alcalde Rafael Samper ha dicho que los análisis de la empresa SASTESA, dependiente de la Diputación Provincial, que controla la cloración, no arrojan datos que avalen la no potabilidad del agua. Samper ha recordado que en el tiempo que el agua no pasaba por procesos de depuración, durante las obras llevadas a cabo en la planta potabilizadora, no hubo en ningún momento problemas de salubridad.
Exceso de alarma
En su opinión, las muestras que tomaron técnicos del departamento de Salud se podrían haber realizado de forma incorrecta y, en cualquier caso, consideró que se había dado un exceso de alarma generando problemas en el pueblo cuando el próximo fin de semana son fiestas.
Los establecimientos públicos recibieron la inspección en la tarde de ayer y los comercios del pueblo no han podido abrir sus puertas, como la carnicería de Jesús Ortega, o no han podido hacer su trabajo como la panadería, a la que, según el alcalde, no le han permitido hacer el pan ni con agua embotellada.
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