Valeria Mazza, una de las modelos argentinas más famosas de la historia, se enfrenta a una acusación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de su país por asociación ilícita y evasión fiscal, delitos que pueden costar hasta 10 años de cárcel, cuenta el periódico El Mundo en su edición digital.

Su marido, Alejandro Gravier, está igualmente acusado, por una presunta evasión tributaria que habría costado al fisco unos 7 millones de pesos (1,6 millones de euros), entre los años 2002 y 2005.

Según la Hacienda argentina, “el matrimonio tiene un nivel de vida que no es compatible con los volúmenes de impuestos que abona”. Al parecer, la pareja habría computado como “gastos comerciales” gastos personales, como viajes de placer, un automóvil Jaguar y un todoterreno Landrover, entre otros muchos “caprichos”.

La denuncia señala también a la madre de Alejandro Gravier, María Cristina, y a varias empresas, llamadas Vamagra S.A., Lo Soñado S.A. y AG Producciones, las tres con la misma dirección y con el nombre de la modelo en dos de ellas como directiva. Otro familiar de Gravier, Emilio Gravier, podría estar también implicado debido a las irregularidades de una de las empresas, Gravci S.A. Además, AFIP asegura que la modelo no declaró todo el dinero que ganó durante unos trabajos realizados en Italia recientemente.

Valeria y Alejandro se casaron hace diez años, y son padres de cuatro niños. Mazza, que tuvo su etapa de esplendor en los noventa, habría cobrado algo de mala fama últimamente en su país de origen, donde fue declarada persona “non grata” por la comunidad homosexual argentina, debido a unas declaraciones de la modelo en las que afirmaba que “la adopción entre parejas de un mismo sexo es una locura”.