España sumó este miércoles el apoyo de México y El Salvador a los respaldos que está teniendo por parte de diversos países a su aspiración de estar presente en la cumbre del G-20 que analizará el próximo 15 de noviembre en Washington la reforma del sistema financiero internacional.

El presidente de México, Felipe Calderón, trasladó su apoyo directamente al Rey Juan Carlos y al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la reunión que mantuvieron en San Salvador antes de la inauguración oficial de la Cumbre Iberoamericana.

La crisis financiera internacional fue el asunto principal de la entrevista, según fuentes del Gobierno español, que aseguraron que en la reunión no se habló de ninguna fórmula concreta que posibilite la presencia de España en la cumbre e insistieron en que la participación española debe articularse en el marco de la Unión Europea.

La primera de muchas

Zapatero subrayó que la cumbre de Washington no será por sí sola ni la solución ni la panacea a los problemas porque sólo supondrá la primera de otras muchas que se tendrán que celebrar.

Calderón insistió en la necesidad de que Iberoamérica, que tiene representación segura en Washington por la presencia en el G-20 de Brasil, Argentina y México, tenga también una voz única en esa cita internacional.

Por su parte, el presidente de El Salvador, anfitrión de la Cumbre Iberoamericana, propuso que, si Zapatero consigue una invitación para la cumbre de Washington, explonga como portavoz de la Comunidad Iberoamericana las conclusiones a las que hayan llegado los líderes de la región en El Salvador.