Según la organización "paradójicamente, este sector contamina para producir un contaminante como es el cloro, cuyo uso no está justificado ya que existen técnicas para sustituirlo sin perjudicar a la población y al medio natural". En lo que supone el primer estudio de estas características realizado en España, la organización ecologista realizó muestreos de agua y sedimentos en los alrededores de las nueve plantas productoras de cloro que operan en España.

De ellas, ocho usan una "tecnología obsoleta, denominada de celdas de mercurio, una técnica muy contaminante que libera grandes cantidades de elementos tóxicos, por lo que ha sido abandonada por la mayoría de países". El uso de esta técnica por las fábricas españolas del 20% en Europa.

La planta Ercros en Palos produce 101.000 toneladas al año y "es una de las responsables de que el estuario del río Tinto sea el más contaminado de Europa, según un estudio de la Junta de Andalucía". "Vierte a través de un emisario submarino al río Odiel, pero en los análisis de la última balsa antes de desaguar se detectaron elevadas concentraciones de diclorometano (cien veces la media que establece las Normas de Calidad del Agua de la UE) y otros contaminantes".

Estos elementos "son de naturaleza volátil, por lo que es probable que la acumulación sistemática en las balsas, antes de su vertido, provoque pérdidas significativas al aire". Además en los sedimentos se detectaron metales pesados como mercurio, cobre o zinc".

"A pesar de las recomendaciones europeas y de convenios internacionales para acabar con la tecnología de celdas de mercurio antes del año 2010, el Gobierno español ha firmado un acuerdo con la industria que le permite seguir utilizando esta tecnología hasta el año 2020, sin tener que emplear las Mejores Técnicas Disponibles (MTD), que establece la Directiva Europea de Prevención y Control Integrado de la Contaminación".

Tras analizar los datos, Greenpeace consideró que la única solución eficaz es "endurecer los controles por parte de las administraciones y propiciar la sustitución paulatina de las sustancias, materiales y tecnologías más contaminantes, para lo que la promesa del Gobierno de crear una Agencia de Sostenibilidad Química, no debe hacerse esperar más".

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