El ruido, principal escollo para la ampliación de las terrazas en Madrid

La Plaza Mayor sin vida en sus terrazas.
La Plaza Mayor sin vida en sus terrazas.
Jorge Paris
La Plaza Mayor sin vida en sus terrazas.

El Ayuntamiento de Madrid se prepara para la desescalada. Un periodo de máxima incertidumbre y, a la vez, trascendental en la toma de decisiones. Las políticas económicas y sociales que se implanten entonces podrían contrarrestar el golpe que habrán sufrido sectores tan cruciales para la economía madrileña como es el de la hostelería.

De ahí que el gobierno municipal ya esté planeando ampliar las terrazas y poner mamparas en los bares y restaurantes como medida de prevención frente al virus. "Queremos ayudar en la medida de lo posible y promocionar la actividad económica de la ciudad de Madrid y creemos que las normas y los criterios por parte de la Administración tienen que ser más livianas en este caso particular para ayudar al mantenimiento del empleo, teniendo en cuenta la importancia capital de la hostelería", apunta la concejala Silvia Saavedra a 20minutos.

No obstante, las políticas con las que tratan zurcir los agujereados bolsillos de los hosteleros tropiezan con la vigente legislación medioambiental: Una ley de ámbito autonómico especialmente sensible con la protección de los vecinos frente al ruido. "El mayor escollo al respecto se plantea en las zonas de protección acústica (ZPAE), muy latente en la zona centro. Cualquier cambio que pueda generar un incremento del aumento de ruido, el ministerio fiscal podría entrar incluso en vía penal", explica a 20minutos el área de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana y Atención a la Ciudadanía.

Desde este área se ha realizado también una propuesta fiscal para que "durante 2020 queden eximidos del pago de la tasa de ocupación de espacio público", una de las peticiones que trasladó la Asociación Hostelera de Madrid a esta administración. Además a través de la Comisión de Terrazas- que depende directamente de ellos- analizan los supuestos por los que "se puedan aliviar requisitos concretos en algunas autorizaciones".

Antes de todo esto, incluso, el Consistorio tendrá que flexibilizar la Ordenanza de Terrazas de Hostelería y Restauración del 2013 lo que, acorde con las fuentes consultadas, se justifica por las actuales circunstancias. De hecho es la propia Comisión de Terrazas la que "nos permite hacer una hacer una interpretación flexible de la Ordenanza".

En todo caso, de llegar a ese punto, "las terrazas no podrán obstaculizar el paso de los vehículos, de salidas de emergencia, las bocas de los servicios de alumbrado, de los servicios de agua, bocas de metro o paradas de autobús", señala Silvia Saavedra, concejala de Cs y responsable de este área. "Hay que garantizar unos requisitos básicos de distancia que intentaremos interpretar de un modo más flexible", añade a este diario.

Los hosteleros madrileños podrían conseguir lo que sus compañeros de Sevilla, cuyo Ayuntamiento les ha prometido ampliar sus terrazas en la vía pública. Solo que la capital, además de las cuestiones medioambientales, tendrá que enfrentarse a los intereses contrapuestos de vecinos, de servicios públicos (bocas de riego, de accesos a suministros) o de los titulares de las tiendas (escaparates). "Hay que valorar los intereses en juego de cada uno y adoptar una medida que pondere todo del modo más beneficioso y equilibrado para todos", subraya la concejalía.

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