El presidente George W. Bush, en la sima de su popularidad, ha votado por correo por el candidato presidencial republicano John McCain quien, prácticamente, ha repudiado el legado del actual inquilino en la Casa Blanca.

Los medios de prensa informaron este sábado de que Bush y su esposa Laura ya han emitido su voto para las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, en las que el senador de Arizona McCain se enfrenta al candidato demócrata y senador de Illinois Barack Obama. La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, indicó que los sufragios de Bush y de su esposa "están en proceso de ser enviados a Texas".

Los Bush tienen su domicilio legal en el rancho de la familia cerca de la localidad de Crawford, en ese estado. Bush, que cierra su segundo mandato presidencial con la peor crisis financiera en varias décadas, se ha abstenido de participar en los actos de campaña de McCain y éste ha acentuado en días recientes su distanciamiento de las políticas que, como republicano, apoyó en el Senado.

"El país ha perdido su curso"

Perino dijo que Bush y su esposa no viajarán a Texas en los próximos días y que pasarán el día y la noche de los comicios en la Casa Blanca. Un nuevo anuncio de televisión divulgado este sábado por el Comité Nacional Republicano muestra un mar agitado por la tempestad bajo un cielo oscuro y señala que "muchos piensan que el país ha perdido su curso".

El sitio de Internet RealClearPolitics.com, que elabora promedios de las mayores encuestas de opinión, indica que más del 67% de los estadounidenses tiene una mala opinión de la gestión presidencial de Bush. En la campaña electoral, Obama se ha presentado como agente del cambio y constantemente señala que McCain sólo propone una continuación de la política económica e internacional de Bush, que el senador de Arizona ha respaldado.

En el último debate entre ambos candidatos, McCain espetó a Obama: "Yo no soy el presidente Bush, y si usted quería postularse contra el presidente Bush debió haberlo hecho cuatro años atrás". Desde entonces, McCain ha criticado a ritmo creciente el gasto desmedido, los déficit presupuestarios y otras políticas de la administración Bush.