Uno de los guardias civiles imputados: "Tenemos la conciencia tranquila"

Uno de los nueve guardias civiles supuestamente implicados en la agresión a un detenido en el cuartel de Roquetas (Almería), que posteriormente falleció, aseguró que él y sus compañeros tienen "la conciencia tranquila" y lamentan que, en su opinión, se les haya "dado la espalda".

En declaraciones a la cadena COPE, el agente relató que el fallecido, el agricultor Juan Martínez Galdeano, acudió al cuartel a pedir auxilio tras un altercado -por un incidente de tráfico relacionado con el exceso de velocidad de la víctima- en "un estado alterado y diciendo que le iban a matar".

Según la versión del agente, la víctima intentó agredir a sus compañeros, que se encontraban en el cuartel y huir, pero un agente le dio alcance y lo detuvo por resistencia a la autoridad; tras forcejear con él, los guardias civiles que se encontraban en el lugar de los hechos, según la versión del agente, intentaron reducirle.

"En muchos años de servicio nunca he visto a una persona con tanta fuerza que hiciera imposible su movilización", afirma el guardia civil, que asegura que el detenido también se autolesionaba como consecuencia del forcejeo con los agentes.

Los sanitarios no llegaron

El agente comentó que desde el cuartel se llamó cuatro veces a los servicios sanitarios para que les proporcionaran un tranquilizante para el detenido, pero, según su versión, "tardaron más de cuarenta minutos" para que se personara un equipo médico.

El agricultor resultó muerto, aunque aún está por concretar si los golpes que supuestamente sufrió están relacionados con su fallecimiento.

La presunción de inocencia no se ha mantenido

"Somos nueve compañeros que mantenemos una lucha contra el Estado, porque todo el mundo a nivel superior nos ha dado la espalda. La presunción de inocencia no se nos ha mantenido", apuntó el agente imputado en el caso, quien reconoció que "tiene la conciencia tranquila".

"Nosotros no deseábamos la muerte del detenido", dijo el imputado, que fue preguntado sobre el vídeo que recoge la grabación de los hechos, en el que el momento del forcejeo de los guardias con la víctima uno de ellos advierte al resto de que una de las cámaras les estaba grabando y le trasladan detrás de un coche.

El explicó que lo único que pretendían era alejar al detenido de la puerta del cuartel que da a la calle y meterlo en el coche patrulla, para "evitar una fuga".

Respecto a la posibilidad de que uno de los agentes lesionara a la víctima con una porra eléctrica, un arma no reglamentaria para la Benemérita, indicó que no sabía nada al respecto.

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