La canciller alemana, Angela Merkel, se ha hartado de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, le bese o le ponga la mano sobre el hombro.
La protesta de la alemana ha llegado a la Embajada alemana en Francia, según cuenta este martes el diario suizo Le Matin. El periódico cuenta que a Merkel, que además es protestante, no le gusta nada el trato familiar con el que Sarkozy se dirige a ella... los toques en el hombro, las palmaditas en la espalda, el que le agarre el brazo...
Pero, ¿qué dice el protocolo en este caso? Francisco Merino, experto en Protocolo Internacional y director de la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid ha asegurado a 20minutos.es que "Angela Merker exagera un poco".
Merino explica que "como buen mediterráneo"
Francisco Merino recuerda
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