Muere una pareja española por el desprendimiento de un acantilado en Portugal

El desprendimiento de una parte de un acantilado en la playa de Almagreira (Portugal) ha causado la muerte a dos turistas españoles que conducían un coche con matrícula española. Se trata de Carlos Barragán y Lourdes Espinosa, una pareja de amigos originaria de la localidad de Daimiel, en Ciudad Real, aunque residían en Madrid.

Una maleta a nombre de la española Lourdes Espinosa Pérez permitió hoy confirmar la identidad de una de las dos víctimas mortales causadas por el desplome de un acantilado cerca de la localidad portuguesa de Peniche, dijeron fuentes cercanas a la investigación.

A falta de la identificación oficial por el juez encargado del caso, que se encuentra en el lugar del accidente, en la playa de la Almagreira, las mismas fuentes precisaron que la otra víctima se cree que puede ser Carlos Barragán, amigo de la anterior.

Ambos, que fallecieron al desplomarse parte de un acantilado de 15 metros de altura sobre ellos, residirían en Madrid, aunque sus familias son de la localidad de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, desde donde al parecer viajan ya hacia el lugar de la tragedia.

A primera hora de la tarde, poco después de ordenar el levantamiento de los cadáveres, el juez encargado del caso autorizó forzar la cerradura del coche abandonado por la pareja en las inmediaciones del lugar del accidente, un "Saab 9000" con matrícula de Madrid, que según fuentes de la investigación puede ser propiedad del padre del fallecido.

Dos funcionarios del Consulado español en Lisboa están ya en el lugar de la tragedia, para ayudar a las diligencias relacionadas con el fallecimiento de los dos españoles.

Las víctimas quedaron sepultadas por el derrumbamiento de parte del acantilado de 15 metros de altura. Entre los restos desplomados aparecieron dos tarjetas postales escritas en castellano por los fallecidos a sendas personas de la localidad manchega de Daimiel (Ciudad Real) y una cámara digital con varias fotografías de lugares de la costa portuguesa.

Los Bomberos Voluntarios de Peniche, puerto pesquero a unos cien kilómetros al norte de Lisboa, a cuyo concejo pertenece la playa de la Almagreira, fueron alertados alrededor de las 19.00 hora local del jueves e iniciaron de inmediato el rescate.

En principio se temió que hubiese al menos media docena de personas sepultadas, aunque al filo de la pasada medianoche, la búsqueda con ayuda de excavadoras permitió comprobar que eran sólo dos los fallecidos por el derrumbamiento.

Cuatro ambulancias fueron enviadas al lugar del accidente, que según el alcalde de Peniche, Jorge Gonsalves, pudo ser causado por las altas temperaturas que vive Portugal, que habrían reblandecido el terreno.

Testimonios de ciudadanos de Peniche revelaron que no es la primera vez que sucede un accidente de esta naturaleza en Almagreira, ya que hace dos años un joven alemán de 25 años murió por un derrumbe similar, tras quedar sepultado cuando paseaba con unos amigos.

Desde entonces en el lugar se colocaron avisos de peligro de derrumbamiento, que no han surtido efecto, por lo que el alcalde de Peniche estimó que "hay que tomar otras medidas con urgencia".

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