«En las visitas realizadas a los domicilios no hemos encontrado ni uno solo en el que huela el agua». Así de rotunda fue ayer la respuesta del director general de Emalcsa, Jaime Castiñeira, en la presentación de las 130 analíticas realizadas tras la polémica por el mal olor y sabor del agua, que aún persiste en algunas zonas de la ciudad, según los vecinos.

Después de presentar esas pruebas a la Junta General y que también se colgarán en la web de la empresa (www.emalcsa.es), Castiñeira insistió en que el agua de A Coruña es «totalmente salubre», respetando los parámetros exigidos por la legislación, y que el olor denunciado por decenas de coruñeses «es algo subjetivo». «El agua es la misma para todos y en todas las zonas de la ciudad, aunque tampoco le vamos a negar a nadie que le pueda oler el agua. Pero en ningún análisis se ha certificado», reiteró Castiñeira.

Emalcsa reconoció, sin embargo, que sí les han llegado quejas vecinales y que desde el pasado 23 de septiembre recibieron unas 150 llamadas (algunas por olor y otras por líquido turbio). «Nunca el agua ha estado tan controlada como ahora», afirmó Castiñeira.

La empresa apunta al cambio climático y la falta de lluvias como las causas de estos problemas en el suministro. Aseguran que a diferencia de otros años, cuando el embalse de Cecebre se renovaba 7,5 veces, este año sólo lo ha hecho 2,5 veces.

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