En España hay más de 22.000 farmacias con su correspondiente personal. En Catalunya son 3.227 la farmacias y 8.178 colegiados. 

Este colectivo está ofreciendo un servicio fundamental en esta crisis sanitaria que pasa por "asegurar la medicación" de millones de personas, como recuerda el propio colectivo y, día día, informar, asesorar y derivar a los servicios médicos si es necesario. 

Dichos trabajadores se encuentran en la primera línea de fuego y abren cada jornada su persiana pero se encuentran en esta tarea con numerosas dificultades. 

Núria Bosch es vicepresidenta del Col.legi de Farmacèutics de Barcelona y regenta una farmacia en el barrio de La Verneda de Barcelona, un vecindario con "mucha gente mayor de toda la vida", comenta a 20minutos.es. Estos días no paran de atender tanto presencialmente como por teléfono las dudas de clientes preocupados y en un gran porcentaje multimedicados. 

Métodos para obligar a mantener la distancia de seguridad

El colegio ha trasladado una serie de consejos de seguridad básicos para evitar contagios y las farmacias los están adoptando adaptados a sus dimensiones y personal. 

Hay quienes marcan una línea en el suelo para indicar al cliente que no pase de ahí y así respetar la distancia de seguridad de metro y medio, hay quien coloca sillas a modo de parapeto entre el mostrador y el cliente...También se comienzan a colocar mamparas de metraquilato, entre otros sistemas. 

Este colectivo, como muchos otros al pie del cañón trabajando en la calle, comience a registrar positivos y cuarentenas entre sus plantillas

En muchas farmacias ya es habitual ver a los clientes guardando cola en la calle, a distancia unos de otros, porque solo se deja pasar al establecimiento de uno en uno. 

Los protocolos de limpieza y desinfección también son exhaustivos. 

Pero no impiden que este colectivo, como muchos otros al pie del cañón trabajando en la calle, comience a registrar positivos y cuarentenas entre sus plantillas. 

Siete farmacias cerradas en Barcelona por personal con fiebre

Bosch confirma que de las 2.200 farmacias de la ciudad de Barcelona, este jueves habían tenido que cerrar siete por registrar personal en casa con fiebre. El sector se está organizando para que los usuarios sean derivados a farmacias cercanas y de guardia. 

Pero la situación pone de manifiesto la principal queja del colectivo a las autoridades sanitarias: necesitan material de protección, especialmente mascarillas.

Hacen falta 300.000 mascarillas para profesionales de la farmacia

Bosch calcula que en Cataluña harían falta unas 300.0000 para profesionales de la farmacia. "Las querríamos importar nosotros y que las autoridades nos faciliten la tarea de la forma reglamentaria". De momento, Salut les indica que están trabajando en la adopción del material. 

La importancia de protegerse de posibles contagios es aún más urgente para ellos desde que esta semana, el Ministerio de Sanidad haya declarado que no les considera un colectivo de riesgo, como médicos y enfermeros. Bosch indica que, como profesionales de la salud, "no admitimos estas declaraciones aunque entienden perfectamente la prioridad de médicos y enfermeros" en esta crisis. 

Lo argumenta de forma clara: "Ahora mismo trabajar de cara al público comporta riesgo. Y tenemos entre nuestros clientes a personas con sintomatología a los que remitimos al 061 y no a Urgencias. Estamos colaborando con el sistema sanitario e intentamos que los clientes vengan a comprar las mínimas veces". 

Como medida excepcional, las farmacias catalanas están actualizando recetas y planes de medicación para poder dispensar sin tener que ir a un CAP

Y añade: "Estamos actualizando recetas y planes de medicación para que no se tengan que desplazar a los ambulatorios u hospitales (una medida de urgencia que han coordinado con Salut y solo con los medicamentos que no necesiten de un control especial). Estamos intentando desencallar el sistema lo máximo posible". 

Jóvenes voluntarios reparten  a domicilio a personas solas

En colaboración con universidades y el Departament de Salut, están ultimando un servicio de jóvenes voluntarios que llevarán los medicamentos a casa de personas mayores que no puedan salir y que viven solas. 

Desde el colegio, aseguran que "el acceso a los medicamentos está garantizado y hacen una llamada a "la responsabilidad de los pacientes para que no los acumulen de forma innecesaria y hagan un uso racional y así evitar posibles desabastecimientos.