Las sociedades gastronómicas de Euskadi ceden al aldabonazo de las mujeres

Sociedad gastronómica Gaztelubide, de San Sebastián.
Sociedad gastronómica Gaztelubide, de San Sebastián.
Sociedad gastronómica Gaztelubide, de San Sebastián.

Comer, cantar y beber, ¡oh placer vasco reservado a hombres!... hasta ahora. Las mujeres poco a poco empiezan a colarse en las sociedades gastronómicas y txokos de Euskadi. Por las puertas de madera vieja de estos locales ha ido filtrándose la modernidad y cada vez es más frecuente encontrar féminas en estos locales tradicionalmente varoniles.

Es una tendencia que quizá ahora sufra una repentino empuje. La Defensoría para la Igualdad del Gobierno vasco va a elaborar un informe para averiguar si en las sociedades gastronómicas vascas hay discriminación machista. O sea, si en los txokos hay pocas mujeres porque a ellas no les interesa, o porque hay exclusiones sexistas.

La Defensoría sólo hará un estudio informativo. Será al Gobierno vasco al que le corresponda, en su caso, sancionar o tomar cartas en el asunto.

Las sociedades gastronómicas abrieron hace siglos. En Euskadi hay 1.554, y la más antigua, la Unión Artesana (Donostia) data del año 1870. En aquellos tiempos el espacio público era del hombre, y la tradición ha llegado a nuestros días. Aún hay sociedades que sólo no permiten la entrada de mujeres, o que ponen ciertas restricciones: que sólo puedan acceder acompañadas por un socio, o únicamente en verano...

Pero lo más común hoy en día es que ellas puedan entrar cuando quieran, pero no pueden ser socias.

No ser socia tiene sus claroscuros. No tienen voz ni voto en las decisiones, pero se libran del trabajo sucio. Como sólo los socios están autorizados a entrar en la cocina, las mujeres van a mesa puesta. Y claro, habrá mujeres que se sientan invitada de honor, y habrá quien se sienta discriminada.

Con todo, cada vez hay más sociedades mixtas.

Dos experiencias de una sociedad gastronómica

Hilario Urkia. Presidente de la sociedad gastronómica Itsasburu

«Es un homenaje a la mujer»

«Las mujeres pueden entrar a nuestra sociedad siempre que quieran. Los estatutos no dictan ninguna restricción al respecto. Lo único que no pueden es ser socias. Nosotros preferimos verlo como un tributo a la mujer o a nuestras esposas. Ellas vienen a las cenas o a las comidas junto a nosotros. Y como no pueden cocinar ni fregar, porque los que no son socios no pueden entrar a la cocina, pues vienen aquí únicamente a pasarlo bien. A disfrutar de la comida, de la conversación o de las canciones. Y en Itsasburu también hacemos actividades. Acabamos de homenajear a los cinco mejores porteros guipuzcoanos de la historia».

Iñaki. Miembro de sociedad gastronómica Unión Artesana

«No tenemos ninguna socia»

«Mira, no quiero entrar en polémicas. En nuestra sociedad gastronómica puede entrar quien quiera, sea hombre, mujer, negro, blanco, gay...», comenta jocoso Iñaki, miembro de la sociedad gastronómica de la Unión Artesana. Explica que para admitir a un socio basta con que la asamblea dé su visto bueno, y el asunto está arreglado. ¿Entonces, hay alguna mujer en Unión Artesana? «No, no hay ninguna», responde. Esta sociedad gastronómica donostiarra es la decana en Euskadi. Data de 1870. En sus estatutos redactados aquel año, se dice expresamente: «Se prohíbe la entrada en los salones a las señoras, aun cuando sean forasteras».

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