La exposición, que se inaugura este martes, a las 20.00 horas, está compuesta por obras de dimensiones y técnicas diversas como, por ejemplo, acuarela, lápices, carbón o cera, entre otras, y nace con la idea de recorrer otros centros de la red regional de museos tras su paso por el MAM, según informaron fuentes del Gobierno regional en un comunicado.

Preparada junto con el Museo Arqueológico de Cehegín, esta muestra es también "un buen ejemplo de la colaboración entre instituciones, con el único fin de difundir y cultivar el amor de la ciudadanía por las raíces de nuestra civilización", según destacó el director general de Bienes Culturales, Rafael Gómez.

Con esta exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 10 de mayo, la Consejería de Educación y Cultura pretende incrementar su oferta cultural y museística en Murcia, así como mostrar "una forma de perpetuación del patrimonio que nos permite, además, apreciar la belleza de obras sublimes transmitidas y plasmadas en nuevas obras de arte", según explicó Gómez.

La segunda sala de exposiciones temporales del MAM es un espacio reducido, ideado para pequeñas muestras de cámara, abierto a diferentes modalidades histórico-artísticas. Hasta la fecha han pasado por ella eventos expositivos como 'Una vida de toros', 'Musas' o '50 aniversario del yacimiento del Huerto del Paturro (Portmán).

El horario de visitas del Museo Arqueológico de Murcia es de martes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas; sábados, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas; y domingos y festivos, de 11.00 a 14.00 horas.

A través de 18 dibujos realizados por el ceheginero Fernando Peñalva, el autor intenta poner en valor el patrimonio cultural de la humanidad, denunciando aquellos actos vandálicos que lo destruyen, pues supone una herencia que debemos conservar y admirar.

En la muestra podremos encontrar, por ejemplo, detalles del relieve del Ara Pacis, ruinas del Templo de Olimpo, el busto de Antínoo o el busto de Atenea Leimna, entre otros.

Podremos ver dibujos anteriores a su destrucción por el vandalismo como el Arco triunfal de Palmira (destruido en 2017) o las ruinas del Templo de Bel, en Palmira (destruido en 2015); y otros como las ruinas del templo de Isis, sumergidas en el S. III por las aguas del Mediterráneo.