El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado los trámites para construir una planta de compostaje que pueda tratar hasta 102.490 toneladas de materia orgánica al año. Es decir, la mayor instalación que tendrá la ciudad de Madrid para atender los residuos que van a parar al cubo marrón estará en 2021.

Aunque este proceso ya se esté realizando en Las Dehesas (dentro de este parque tecnológico), esta planta no tiene ni la capacidad ni la eficacia que podría adquirir la futura instalación. "Valdemingómez necesita más capacidad para compostar materia orgánica y la procedente de la recogida mezclada de la fracción resto. Además, el proceso de compostaje de la nueva planta es mucho más avanzado técnicamente, y permitirá obtener un producto final (compost) de mayor calidad que el que estamos obteniendo hasta el momento", explican desde el área de Medio Ambiente y Movilidad, que dirige por Borja Carabante, a 20minutos.

De este modo, la nueva planta, que se construirá sobre una antigua edificación en desuso situada en esta zona de Vallecas, estará dedicada al compostaje de la fracción orgánica produciendo un compost de "alta calidad" que pueda ser usado y comercializado como enmienda orgánica o fertilizante. "Concretamente, tratará el digesto (subproducto procedente del tratamiento mediante biometanización de la materia orgánica), que actualmente se obtiene en la planta de biometanización de Las Dehesas, resultante del tratamiento del residuo orgánico recogido de forma separada, la planta de tratamiento llevará a cabo un proceso del compostaje totalmente automatizado y sensorizado que permitirá un seguimiento exhaustivo de todo el proceso", detalla el área.

Asimismo, la planta cumplirá con los "más altos estándares de control de emisión de olores", estando todo el proceso, desde la recepción de la materia orgánica hasta el afino del producto final, totalmente confinado. "Contará con los más modernos elementos de control de olores (biofiltros de última generación), que permitirán minimizar y/o eliminar el impacto por olores que el proceso pueda provocar en la zona", aseguran fuentes municipales.

Una iniciativa "positiva por todas partes", valoran los ecologistas. "Es importante que la fracción orgánica tenga un tratamiento diferenciado", apunta el portavoz de Ecologistas en Acción, Carlos Arribas. No obstante, este experto en residuos lanza un apunte: el compostaje orgánico es prioritario a la biodigestión, ya que se generan menos gases de efecto invernadero. Por eso "no entendemos por qué la materia orgánica tiene que pasar por la fase de biodigestión en lugar de compostarla directamente", cuenta a este diario. 

Por su parte los vecinos, que estaban sobre aviso, se muestran conformes aunque añaden una petición: "Queremos que el Ayuntamiento haga compostaje comunitario y compostaje de media escala, así como que fomente el compostaje doméstico, todo ello desconcentrado de Valdemingómez y en los distritos de origen", dice el portavoz de la Asociación de Vecinos del Ensanche de Vallecas. "Lo importante es que se produzca la mayor y mejor separación de la materia orgánica para que todo lo demás esté en las mejores condiciones para su reutilización y reciclaje, así como que se transporte lo menos posible la materia orgánica", añade este residente.

El proyecto ya ha dado los primeros pasos para que pueda estar listo y funcionando en la primera mitad del próximo año. Para ello el Gobierno municipal destinará 41,9 millones de euros al proyecto que incluirá el diseño, construcción y explotación de la nueva parte y se incluirá en la nueva Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos de la ciudad de Madrid. 

El Consistorio prevé que la planta pueda disponer de una instalación solar fotovoltaica de hasta 1 MW de potencia para producir electricidad verde, que podrá ser usada, entre otros, para recargar los vehículos cero emisiones usados en la instalación. Igualmente, la planta estará dotada con una zona dedicada a la innovación y al desarrollo de proyectos de I+D relacionados tanto con el tratamiento de los biorresiduos como con la gestión y valorización del producto final obtenido y de los rechazos generados.

Un trabajo que dependerá en gran medida del reciclaje que hagan los madrileños, a quienes se les sancionará con hasta 750 euros si obvian el cubo marrón. Pues todos ellos han ido recibiendo desde el año 2017 esta nueva papelera, a excepción de los vecinos del distrito Centro, a quienes les llegará en septiembre.