A pesar de esta reducción, en los últimos años la disminución del analfabetismo ha sido mucho menor. Entre 1995 y 2000, el número de estas personas decreció en casi 600 al año. Desde entonces, la bajada ronda las 300 al año.

El problema social derivado de que existan analfabetos está expresado en el Estatuto de Autonomía: es un "objetivo" de Andalucía que sus habitantes disfruten de una educación "que les permita su realización personal y social".

El jefe del servicio de ordenación educativa de la delegación provincial de Educación en Málaga, Salvador Muñoz, destaca que el analfabetismo es un fenómeno "a extinguir".

"Dentro de cinco o siete años seguramente habrá 5.000 personas en esa situación. Si se ha ralentizado el descenso es porque ha aumentado la esperanza de vida y la mayoría de los analfabetos tienen más de 70 años".

La picaresca también puede ser uno de los factores que explican, sólo en una pequeña parte, el menor descenso del analfabetismo, ya que hay quien especifica que no sabe leer ni escribir al registrarse en el padrón municipal para evitar ser llamado como jurado o convocado a una mesa electoral.

En la provincia

El último dato conocido respecto al analfabetismo en la provincia es que afecta al 9% de la población, según un estudio nacional efectuado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. La cifra, correspondiente a 2005, colocaba a Málaga a la altura de Vietnam o México.

Ante la avanzada edad de estas personas y su número cada vez menor, los esfuerzos de la Junta se centran en la educación de adultos: más de 17.000 personas asisten al centenar de centros de la provincia.

El principal objetivo de este departamento es que las personas que ya saben leer y escribir, pero que no tienen título, obtengan el graduado en secundaria. "Para 2011, queremos que el 80% haya superado al menos el Bachiller o un grado medio", detalla Muñoz.

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