Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, la trabajadora contó que a la hora del cierre había entrado en el local una mujer a la que ya conocía por haberse llevado mercancía sin pagar en otras ocasiones.
En concreto, la semana anterior había sustraído perfumes y cosméticos utilizando bolsos apantallados por valor de más de 900 euros, por lo que había interpuesto una denuncia en la Comisaría.
En esta ocasión, para evitar que volviera huir y como estaban solas en la tienda, la dependienta cerró con llave el establecimiento mientras telefoneaba a la policía.
La cliente, al percatarse del cierre del local, se abalanzó sobre la puerta que tenía las llaves puestas con la intención de huir, pero la dependienta se lo impidió iniciándose entre ellas un forcejeo.
En la disputa, la mujer agarró a la empleada por el pelo y le golpeó la cabeza y el cuello para zafarse de ella, sin conseguir su objetivo.
La arrestada llevaba el bolso forrado de papel de aluminio para eludir los sensores de las alarmas y había sustraído productos de higiene. Contaba con antecedentes en Gijón, Oviedo, Mieres y Santander por robos.
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