La Guàrdia Urbana comienza hoy lunes a multar a las motos mal aparcadas en las aceras de Barcelona

Un aviso a una moto mal aparcada en la acera en el barrio de Gràcia de Barcelona.
Un aviso a una moto mal aparcada en la acera en el barrio de Gràcia de Barcelona.
SANDRA MUNTANÉ
Un aviso a una moto mal aparcada en la acera en el barrio de Gràcia de Barcelona.

Los motoristas barceloneses tendrán que andar con ojo desde hoy lunes, porque la Guàrdia Urbana volverá a multar a las motos mal aparcadas en las aceras, algo que hace de forma intermitente desde diciembre de 2017 y ha permitido que disminuyan un 44%.

Lo anunciaba la semana pasada Eloi Badia, el concejal de Gràcia, el distrito por donde se comenzará con las sanciones, y la noticia no ha sido bien recibida por los usuarios de este vehículo consultados por 20minutos.es, que se quejan de que "en Barcelona hay más motos que sitios donde estacionarlas". 

En concreto, se actuará en el barrio de la Vila de Gràcia, puesto que allí se detectan más de 1.000 motocicletas y ciclomotores al día mal aparcados en las aceras, y la primera zona donde se multará será la comprendida entre Travessera de Gràcia, Gran de Gràcia, la Diagonal y la Via Augusta, con una alta densidad de escuelas y donde se han llegado a contar 150 estacionadas incorrectamente en un día. Dentro de dos meses se empezará a sancionar en otro área del mismo barrio, hasta llegar a siete cuando finalice 2020.

La actuación de la Guàrdia Urbana, sin embargo, aunque será mayor en Gràcia por el alto número de incumplimientos allí, no se ceñirá solo a esta zona de la ciudad. Cada dos meses también se multará en 10 puntos de cada uno de los 10 distritos, de forma que cuando acabe el año se habrá intervenido en 50 lugares.

Antes, sin embargo, como ya ha ocurrido en la Vila de Gràcia previamente al inicio del periodo de sanciones, con un importe de hasta 100 euros y que fueron 10.471 en 2019, se desplegarán informadores para hacer "pedagogía" y habrá un periodo de avisos por parte de la Urbana.

Los 10 primeros puntos donde se intervendrá serán la avenida Francesc Cambó, la calle Girona entre Diputació y Consell de Cent, la plaza de Joan Peiró, Sabino Arana con la Gran Via Carles III, Borí y Fontestà con Can Rabia, la plaza del Nord, la Font d'en Fargues con el paseo Maragall, Fabra y Puig con Teide, Neopàtria entro Fabra y Puig y Rovira y Virgili y Bolivia entre Roc Boronat y Ciutat de Granada.

De acuerdo con la Ordenanza de Vehículos y Peatones de Barcelona, cuando no hay posibilidad de aparcar en la calzada y siempre que la señalización no lo prohiba, las motos pueden estacionar en las aceras si estas tienen más de tres metros de ancho y se cumplen una serie de condiciones.

En aquellas de entre tres y seis metros de anchura se tiene que hacer en paralelo a las mismas y a más de medio metro de su límite, sin entorpecer el acceso a contenedores, papeleras o parquings. En aceras de más de seis metros, en cambio, la ordenanza establece que hay que estacionar en semibatería y que tienen que quedar un mínimo de tres metros sin obstáculos para el paso, como por ejemplo terrazas de bares.

Según datos municipales del parque móvil de la ciudad, en Barcelona hay unas 262.000 motos. Las plazas señalizadas en superficie para estacionarlas son unas 70.000, que se suman a unas 105.000 no señaladas en las aceras donde está permitido estacionar y a las que están en aparcamientos subterráneos de pago. El total, pues, es de 175.000 plazas en la vía pública para 262.000 motos.

"Si llego al sitio y la zona de aparcamiento de motos está llena, que es lo habitual, lo que no puedo hacer es doblarla y guardármela”, se ha quejado este jueves en Gràcia Albert Bruc, un universitario, que sin embargo ha dicho comprender que en las aceras debe primar el peatón. 

Por su parte, Marta Tort, otra estudiante, ha apuntado: "Sinceramente, no llevaré una cinta métrica para medir si la acera tiene más de tres metros. Supongo que seré una de las primeras en ser multada, a no ser que el Ayuntamiento señalice correctamente donde puedo aparcar y donde no. Un aviso en la moto es absurdo”.

Y Maitane Gilberte, una empresaria, ha afirmado que aunque "el cambio climático es un problema que debería importarnos a todos", ella se compró la moto "para no depender de los horarios de transporte público” y no va a cambiarla por este aunque le "restrinjan los sitios donde aparcar".

El Ayuntamiento, no obstante, defiende que es necesario un "cambio cultural". Son palabras de la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón, que la semana pasada hizo un llamamiento a los motoristas a "intentar coger el transporte público o andar" para mejorar la calidad del aire y para recuperar el espacio peatonal.

Así y todo, el Consistorio tiene previsto ampliar las plazas señalizadas en la calle a lo largo del mandato, y ha hablado con los operadores de los parkings que hay bajo tierra para que habiliten más espacio por motocicletas y ciclomotores, aunque "en muchos casos", aseguró Alarcón, en estos aparcamientos de pago la ocupación está "por debajo del 50%".

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