Luis Miguel Rodríguez: chatarrero, expareja de Ágatha Ruiz de la Prada y, por encima de todo, rompecorazones

Luis Miguel Rodríguez, el 'Chatarrero', en enero de 2019
Luis Miguel Rodríguez, el 'Chatarrero', en enero de 2019
Jesús Briones / GTRES
Luis Miguel Rodríguez, el 'Chatarrero', en enero de 2019

Él mismo no se considera el tipo más atractivo del mundo. De hecho es estrábico y no lo oculta bajo unas sempiternas gafas de sol. Ni siquiera tiene una profesión que le dé un aire de gentleman, de dandy, de distinción. Es chatarrero. Tanto, que ese es el sobrenombre que le pusieron: 'El Chatarrero'.

Y Luis Miguel Rodríguez, que por cierto, ese mote lo detesta, lo odia y lo aborrece, ha aprendido, como en muchos otros aspectos de la vida, sobre todo en el amoroso, que da exactamente igual lo que digan de uno si tú vas  a seguir siendo el mismo.

Nacido en 1956 en Madrid, comenzó a trabajar a los 15 en una cabaña. Es hijo de agricultor, así que la jornada iba con el astro rey. Eso curte, no solo la piel. Aquel chaval, que tiene título alguno pero que poseía una inteligencia natural, llegaría a ser el dueño del mayor desguace de toda Europa, Desguaces La Torre, en la A-42 con dirección a Toledo.

La idea le vino viendo de pequeño una película en la que salía uno de estos cementerios de coches y ya no se lo pudo quitar de la cabeza. "Luismi empezó de cero. Es una persona muy amable, que siempre tiene ganas de escuchar y aprender de los demás. Y que nunca ha perdido la humildad ni el sentido del trabajo", le dijo un amigo que prefería el anonimato a El País.

Falta resaltar que tuvo una enorme fortuna al recibir en una herencia familiar unos terrenos en Parla, de donde es oriundo y que no piensa cambiar por nada del mundo. Y allí montó su desguace. Actualmente tiene cerca de 600 empleados, millón y medio de metros cuadrados y cerca de 40 millones de euros en la cuenta corriente.

Muy cerca, en Torrejón de la Calzada, llevó a desayunar churros a su expareja, Ágatha Ruiz de la Prada. ¿A quién se le ocurriría llevar a Ágatha Ruiz de la Prada a comer churros si estuviese flirteando? Pues a él. A Luis Miguel Rodríguez. Y le funciona. En parte porque es muy buen halagador. En parte porque tiene el don de la observación. Y, sobre todo, porque sabe escuchar.

Ha estado saliendo con la modista de 59 años -él entró el año pasado en la siguiente década- alrededor de 18 meses que han dado para bastantes titulares en la prensa, desde cuando aparecieron juntos en la Madrid Fashion Week hasta la infidelidad del empresario con una expareja de Kiko Rivera.

Un follón en el que ella le mandó "a paseo" -literal, porque otra de las virtudes de El Chatarrero es la sinceridad y la cercanía-, se metió de por medio el programa de Susanna Griso, volvieron gracias a su galantería y ahora, en palabras de la diseñadora, "toca pasarlo mal".

Luis Miguel Rodríguez es de esas personas que se hacen querer y luego la realidad golpea fuerte: es un mujeriego. Él mismo se da la autodefinición y se la quita. "Soy incapaz de ser fiel, es verdad. Es que así soy. Me gustan las mujeres. Nunca lo he ocultado, aunque no soy ningún mujeriego", le comentó a LOC.

De hecho le funciona tanto que su fama de donjuán es harto conocida, aunque él siempre haya querido llevar un perfil bajo de Casanova. No por nada, exceptuando a la exesposa de Pedro J. Ramírez, solo tiene otra pareja tan reconocida, Carmen Martínez Bordiú, la nieta por antonomasia del dictador Francisco Franco.

Con ella salió desde 2013 al 2015. "Dejé de ser libre cuando me enamoré de él, no antes", diría ella, apelando a la forma que tiene de engatusar Luismi Rodríguez. Llevaron el romance con discreción, dejándose ver, por ejemplo, durante la Feria de San Isidro en la plaza de toros de Las Ventas -la misma cita la repetiría años después con Ruiz de la Prada-.

Lo de ellos tres, el Chatarrero, la nietísima y la modista, es una historia de cuernos. Ágatha Ruiz de la Prada reconoció haberle sido infiel a Pedro J. Ramírez, igual que había ocurrido al contrario. Y ahora se lo han sido a ella, algo que tampoco es nuevo para el empresario.

El dueño de Desguaces La Torre estaba casado con María Asunción Fernández cuando comenzó a verse con Martínez Bordiú, quien por su parte también estaba casada con José Campos. En un momento dado les importó tan poco los modos que se fueron Rodríguez y Bordiú a vivir juntos a un piso de alquiler en la calle Velázquez de Madrid.

María Asunción se divorció de él en 2015 sin dar más explicaciones ni hablar con la prensa para no airear quizá más trapos sucios tras 30 años de matrimonio y dos hijas, las únicas del desguazador: Marta y Victoria.

El problema venía de antes, porque siquiera le fue fiel a Carmen Martínez Bordiú, que ya le ha olvidado gracias a Tim McKeague, su novio australiano 34 años menor que ella -que tiene ahora 68-. "Yo me iba a dormir y Luis Miguel se iba con sus amigas", dijo en una ocasión la nieta del dictador, que llegó a lanzarle un cuadro.

Años más tarde, Ágatha diría de él que es "desinhibido". "Le he dicho que no vuelva a coger a nadie por la cintura y me lo ha prometido", se sinceró la modista después de ver cómo su novio le realizaba el gesto demasiado cercano a Silvia Fominaya, la modelo y presentadora, expareja del chef Sergi Arola.

Ni en todos estos años, que ha estado -y está- ahogado por las deudas, con Hacienda reclamándole en 2017 más de 15 millones de euros, teniendo que vender sus bodegas y haciendo malabarismos con el fisco, ha cesado de meterse en líos de faldas.

En 2014, casado y con amante, se publicaron en la revista Sálvame unas imágenes en las que salía besando a Raquel Rodríguez, del dúo Las Mellis. También fue visto saliendo de una tarde de corridas en Las Ventas con Antonia Dell'Atte, aunque no trascendió mucho más, como con Bárbara Rey, aunque con ella afirman que se cortó la relación cuando le pidió un préstamo.

Amén de la empresaria María de Mora, los rumores le han unido tanto a la baronesa Thyssen como a Simoneta Gómez-Acebo, la sobrina del rey emérito Juan Carlos e hija de la recientemente fallecida infanta Doña Pilar. Ambos los ha desmentido.

Sin embargo, no ha llegado a desmentir uno de las mayores habladurías sobre Luis Miguel Rodríguez: que tiene una estatua de tamaño natural de Francisco Franco en su casa. Teniendo en cuenta todo lo que hemos contado hasta ahora y que se ha gastado su dinero en cosas muy diversas, como el Audi blindado que transportaba a José María Aznar cuando ETA atentó contra él en 1995, cualquier cosa podría ser cierta, ¿no?

Mostrar comentarios

Códigos Descuento