Yolanda Díaz y José Luis Escrivá, ministros a dos velocidades

  • La ministra de Trabajo se ha reunido con empresarios, sindicatos y autónomos, ha cerrado la subida del SMi y ha abierto la negociación sobre la reforma laboral.
  • ​El ministro de Seguridad Social está en proceso de análisis de sus competencias antes de tomar decisiones.
  • Aunque de procedencias opuestas, los ministros en los que se dividió la cartera de Magdalena Valerio mantienen una buena relación.​
La exministra de Trabajo, Magdalena Valerio (izq), posa junto a la nueva ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (centro), durante el traspso de la cartera, junto al nuevo ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, José Luis Escrivá (dech).
La exministra de Trabajo, Magdalena Valerio (izq), posa junto a la nueva ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (centro), durante el traspso de la cartera, junto al nuevo ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, José Luis Escrivá (dech).
Marta Fernández Jara - Europa Press
La exministra de Trabajo, Magdalena Valerio (izq), posa junto a la nueva ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (centro), durante el traspso de la cartera, junto al nuevo ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, José Luis Escrivá (dech).

El Ministerio de Trabajo y de Seguridad Social quedó dividido en dos departamos y también en dos velocidades. Este ritmo distinto ha quedado patente ya en las primeras semanas de trabajo del nuevo Gobierno, entre una ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, muy dada a la resolución y que ya reconoce en privado que tiene que dejar de hablar de urgencia, y un ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, aún en fase de “evaluación” de las políticas de su competencia.

En su casi frenética actividad de estos primeros días, Díaz ha reunido a sindicatos y patronal para cerrar con ellos una subida del salario mínimo, se ha visto también con las organizaciones de autónomos y ya ultima la derogación del primero de los “aspectos más lesivos” de la reforma laboral de 2012, para eliminar las ausencias intermitentes, por ejemplo debidas a bajas médicas, como causas objetivos de despido. Hay otros aspectos que se verán a medio y largo plazo y que se abordarán en la mesa de diálogo social que se reunió este viernes ya por primera vez.

Todo esto aderezado con entrevistas en televisión y radio, con ruedas de prensa y con la intención declarada de que su Ministerio va a hacer las cosas deprisa. Hasta el punto, de que en una de sus reuniones de esta semana comentaba que es consciente de que quizá está imprimiendo demasiada velocidad. “Tengo que dejar de decir que hay que correr”, reflexionaba la ministra.

“Díaz va mucho más deprisa de lo que estamos acostumbrados”, apuntan con sorpresa y en tono divertido en el equipo de Escrivá, el otro ministro que habita el enorme edificio de Castellana, 63.

Buena relación

Yolanda y Escrivá tenían todas las bazas para tener una relación tirante y, de hecho, este fue uno de los primeros análisis que se hicieron cuando Pedro Sánchez conformó su Gobierno. La ministra de Trabajo es una de las aportaciones de Unidas Podemos a la coalición, una abogada laboralista e hija del exsecretario general de CCOO en Galicia Suso Díaz. Escrivá, economista, fue una de las grandes sorpresas que guardaba Sánchez para su Ejecutivo, llegado directamente desde la presidencia de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el organismo creado a instancias de Bruselas para mantener a ralla las finanzas públicas. 

Ahora, en torno a la mesa del Consejo de Ministros, las diferencias son también de velocidad. Según explica un interlocutor de ambos, puede deberse a que Díaz y su equipo tenían más previsto llegar a Trabajo, para lo que tenían ya previamente una foto bastante precisa de lo que querían hacer, que Escrivá a Seguridad Social. A pesar de que como presidente de la Airef, el sistema de pensiones que ahora tendrá que abordar no le fueron ajenos. 

A pesar de ello, las chispas no han saltado de momento y para ello ambos están poniendo de su parte. Tras una primera conversación hace semanas en la que constataron sus diferencias pero también que ambos tenían la intención indudable de colaborar el uno con el otro, mantienen una “buena relación” y hablan a menudo. Más de lo que lo hacen generalmente otros miembros del Gobierno, dado a que tienen competencias fronterizas.

Eso no quita para que también queden las diferencias entre ambos. Después de su reunión con los autónomos de esta semana, Díaz incluso encomendó trabajo a su compañero de gabinete al fijar una posición muy clara en contra de la tarifa plana de los trabajadores independientes o sobre su régimen especial de Seguridad Social (RETA). En ambos casos, Díaz apostó por modificarlos pero también recordó que son competencias del ministro Escrivá.

Evaluar y analizar

Mientras, en el Ministerio de Seguridad Social cunde la sensación de vértigo por el ritmo de la ministra Díaz. Más aun porque allí explican que la cadencia es otra y Escrivá se está tomando su tiempo para “evaluar” y “analizar” la ingente cantidad de datos sobre las políticas que son de su competencia para decidir qué hay ha funcionado, que no, qué se puede cambiar y qué no es conveniente tocarlo. “Lo vemos con mucha más calma que en otros ministerios”, deslizan allí en alusión a la intensidad con la que se viven las cosas solo unos metros más allá.

Como Díaz, Escrivá también se reunirá con los colectivos relacionados con su área, también los autónomos, que ya le han trasmitido por escrito sus peticiones y esperan una reunión con él que el equipo del ministro todavía no tiene cerrado. 

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