Sánchez ultima la fórmula legal para dar todos los poderes a su director de Gabinete

  • Iván Redondo se convierte en "primer secretario de Estado" y está por ver cómo cuadrar que de él dependa también la Secretaría de Estado de Comunicación.
  • ​Moncloa prepara el decreto que dará forma definitiva para el BOE los nombramientos del núcleo duro del presidente.
Pedro Sánchez, antes de empezar el debate junto a Iván Redondo.
Pedro Sánchez, antes de empezar un debate electoral junto a Iván Redondo.
20minutos | EFE/Juan Carlos Hidalgo
Pedro Sánchez, antes de empezar el debate junto a Iván Redondo.

A lo largo de las últimas semanas, Moncloa ha venido informando de los nombramiento de los hombres de confianza del presidente, Pedro Sánchez, que se mantienen con él y asumen funciones reforzadas. Sobre todo Iván Redondo, el director del gabinete del presidente, que suma el título de “primer secretario de Estado” y “secretario del Consejo de Seguridad Nacional”, ademas de potestad sobre “todos los departamentos de asistencia al presidente”, incluida la comunicación, que él y Sánchez consideran clave.

La Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) dependía hasta ahora de Presidencia del Gobierno y ahora pasa directamente a estar bajo el mando de Redondo, con una fórmula que plantea dudas legales y para la que el equipo de Sánchez busca en estos momentos el mejor encaje. “Se está viendo cómo poner eso por escrito, para que quede en el BOE”, dicen en Moncloa.

La solución definitiva llegará en el decreto de estructura del Gobierno en el que en estos momentos trabaja un reducido grupo de personas, dirigidas por el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, que como Redondo continúa y asume nuevas responsabilidades como responsable de la programación de la acción política del Ejecutivo, seguimiento del día a día y el cumplimiento y rendición de cuentas de sus compromisos.

Como ellos dos, Sánchez también mantiene y refuerza en su núcleo duro a Francisco Salazar, que pasa de ser director de Análisis y Estudios del gabinete a convertirse en el número dos de Redondo, como director adjunto del gabinete de la Presidencia del Gobierno.

Redondo, Bolaños y Salazar serán las personas de máxima confianza para Sánchez en esta legislatura. Como responsable de la Secretaría de Estado de Comunicación, por las manos de Redondo pasarán también con antelación todas las iniciativas legislativas y la actividad de todos los ministerios del Gobierno de coalición.

En todo caso, las atribuciones, nuevas y anteriores, de todos ellos se conocen gracias a la información que Moncloa ha difundido sobre ellas. Sin embargo, nada aparece de momento en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la confirmación oficial. Sus nombramientos sí han sido publicados allí, pero en apenas un par de líneas que no especifican ni de lejos toda la información que se ha ofrecido por otras vías sobre sus nuevas competencias.

Esto es así, precisamente, porque todavía no está listo el decreto que plasmará la estructura pormenorizada del Gobierno y sus departamentos y que, en el caso concreto del gabinete del presidente, determinará las funciones de cada uno de sus miembros. Y es aquí donde se plantea la duda jurídica a la que de momento se está buscando solución.

Redondo ha sido nombrado “primer secretario de Estado” y director del Gabinete al que, también como novedad, se incorpora la Secretaría de Estado de Comunicación, que hoy dirige el periodista Miguel Ángel Oliver. Independientemente de éste si continúa o no en el Gobierno, el problema se plantea porque, según la ley, un secretario de Estado -de Comunicación- no puede depender de otro secretario de Estado y es ahí donde Moncloa busca cómo encajar ambas figuras, con una fórmula que “será completamente legal”, aseguran en el equipo del presidente.

Fuera de él, las dos opciones que se contemplan son que el puesto de secretario de Estado de Comunicación sea degradado a un nivel inferior, de secretario general, o “a través de las funciones”, es decir, que el decreto especifique que Redondo es responsable de coordinar la comunicación y el secretario de Estado de Comunicación, de ejecutar tales funciones, algo que sería “estirar la ley”, según consideran algunos altos funcionarios.

En todo caso, es la opción aparece como más posible y, en realidad, sería poner en el BOE lo que ya era una realidad. En tiempos de Mariano Rajoy la secretaría de Estado de Comunicación pasó a depender de Presidencia del Gobierno y desde que llegó Sánchez a La Moncloa, en la práctica dependía directamente de Redondo. La cuestión es encontrar la fórmula legal para plasmarlo en el BOE.

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