El español que logró que el veganismo sea una creencia filosófica: "Ahora se podría subvencionar la comida vegana"

Jordi Casamitjana sosteniendo un folleto en el que pide aportaciones para su Crowdfunding
Jordi Casamitjana sosteniendo un folleto en el que pide aportaciones para su Crowdfunding
Página de Facebook Jordi Casamijana, Ethical Vegan
Jordi Casamitjana sosteniendo un folleto en el que pide aportaciones para su Crowdfunding

Jordi Casamitjana, un zoólogo español de 55 años que reside en Reino Unido desde hace 25, consiguió el pasado viernes que el veganismo ético que practica sea considerado una creencia filosófica según el tribunal laboral de Norwich. 

Hacía unos meses había presentado una querella contra su último empleador, la Liga Contra los Deportes Crueles, por haberle despedido, según él, por ser vegano. Para determinar si se había producido esta discriminación, el tribunal tuvo que decidir en primer lugar si el veganismo ético puede ser considerado una creencia filosófica, y por tanto pudiese ser defendida dentro de la Ley de Igualdad de derecho laboral de Reino Unido de 2010. Esta decisión sienta un precedente importante para la aplicación de esta ley en el futuro.

Para Casamitjana fue sorprendente la rapidez con la que el juez dio su veredicto respecto a este punto, "normalmente los testigos dan información al juez y al cabo de un par de semanas el juez manda una carta con su dictamen, pero en este caso estuvo tan convencido que directamente nos dijo el resultado", explica a 20minutos. Nada más salir entró en directo para la CNN, lo que para él "muestra el interés que tiene este tema".

El veredicto va más allá de lo laboral

Aún queda por dilucidar el punto principal de la causa, si existió esa discriminación, pero eso se sabrá en la continuación del juicio que tendrá lugar para finales de febrero y principios de marzo -desde el comienzo del proceso abrió un crowdfunding para recibir aportaciones que le permitan financiar su defensa-. Sin embargo, este veredicto es importante por sí solo ya que, como aclara Jordi, "esto va más allá del entorno laboral, también cubre la prestación de servicios, y no solo públicos".

Fotografía a la salida de la audiencia del equipo que lleva la querella. De izquierda a derecha, Prof. Jeff McMahan (Westigo-Oxford University), Jeanette Rowley (Westigo-Vegan Society), Peter Daly (abogado), Chris Milson (abogado), y Jordi Casamitjana
Fotografía a la salida de la audiencia del equipo que lleva la querella. De izquierda a derecha, Prof. Jeff McMahan (Westigo-Oxford University), Jeanette Rowley (Westigo-Vegan Society), Peter Daly (abogado), Chris Milson (abogado), y Jordi Casamitjana
Página de Facebook Jordi Casamijana, Ethical Vegan

Esta decisión afectará a instituciones públicas como hospitales, escuelas y cárceles, pero también a restaurantes con carteles como "No se permite la entrada a veganos" que, como él comenta, ahora será ilegal, de la misma forma que sería ilegal no permitir la entrada por cuestiones de raza o credo religioso.

"La consecuencia inmediata del veredicto es que muchas empresas ya hoy mismo están cambiando sus políticas para asegurarse que no discriminan a sus empleados veganos" celebra Jordi.

De una elección individual a un deber normativo

"Esta victoria abre la puerta a una nueva fase en el movimiento de protección de los animales y el veganismo" afirma. Hasta el momento el veganismo nacía de un compromiso individual que podía manifestarse públicamente con la intención de convencer a más partidarios, pero ahora la iniciativa también estará en las administraciones públicas  y en las empresas que deberán regular para no perjudicar a los ciudadanos veganos.

"Esto permite avanzar a un nivel cualitativo y no tanto cuantitativo" e imagina que "habrá quizás cambios en la manera que los gobiernos subvencionan la comida. Puede que empiecen a subvencionar comida vegana y no necesariamente comida de producto animal".

En Londres ser vegano es más fácil

Al ser preguntado por su día a día, Casamitjana aclara que para él resulta fácil viviendo en una ciudad como Londres. Destaca que "hay más de cien restaurantes veganos en Londres y no hay ninguna tienda de comida que no tenga opciones veganas". Ejemplifica esto hablando de su tienda de alimentación más cercana, donde puede encontrar dos tipos de leche animal -de vaca o de cabra- y veinticinco de origen vegetal.

Sin embargo, su compromiso no se limita al ámbito alimentario. Practica el veganismo desde hace 18 años y lo entiende como un proceso que nunca llega al 100%. Siempre intenta pensar qué más puede hacer para reducir lo que él llama la 'huella de sangre'. Y aclara que para él es fácil, porque "ya no sientes que sea un sacrificio para nada".

Al igual que en el ecologismo existe el concepto 'huella de carbono' para referirse a los gases de efecto invernadero emitidos por individuos u organizaciones, para Casamitjana la 'huella de sangre' refleja el sufrimiento animal que provocamos. De esta forma, cree que "reducir al mínimo la 'huella de sangre' es lo que hace un vegano".

Este intento de minimizar la 'huella de sangre' le lleva a reflexionar sobre el uso determinados productos, como pueden ser los sofás de cuero que evita usar, o sobre la forma en que se desplaza por la ciudad. Si puede ir a pie, prefiere ir a pie. Si no, pensará la forma en que minimice los daños.  

"Por ejemplo, en medio de la primavera hay muchos insectos volando y si cojo el autobús puede ser que vaya a matar a varios por accidente. En ese caso, puedo coger el metro, pero en invierno no hay insectos. Entonces cojo el autobús como siempre. La solución siempre es fácil. No hay nada que no haya podido hacer" explica Casamitjana. 

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