Gonçalo Amaral fue el primer responsable policial en Portugal que se encargó de la investigación del 'caso Madeleine'. Fue destituido del caso pero aprovechó la fama escribiendo un libro que ha vendido 120.000 copias en dos semanas en el país luso, todo un récord.
Ahora presentará oficialmente su obra el 9 de septiembre e insiste en que fueron los padres de la niña, Kate y Gerry, los responsables de su desaparación. Así lo dice en una entrevista en El Mundo y argumenta que el matrimonio McCann siempre defendió la teoría del rapto.
"La madre dijo que la ventana de la habitación estaba abierta cuando vio que la niña no estaba. No es cierto, la ventana estaba cerrada y es imposible que la niña saliera por allí. Nosotros trabajamos en el apartamento y la ventana estaba cerrada. Los padres siempre han defendido que la niña estaba viva y fueron ellos los primeros en plantear que Maddie podía estar muerta", asegura.
Y añade: "Se inventaron el sistema de vigilancia de los niños. ¿Por qué? Son muchos detalles los que llevan a pensar en la culpabilidad de los padres".
Todo para concluir que la niña pudo morir en un accidente: "La niña pudo caerse de un sofá, pudo haber un accidente con el Calpol (un somnífero). Nosotros nunca tuvimos acceso a la ficha clínica de la niña, así que no podemos saber si estaba sana o no. Sólo podemos especular. Hay muchos detalles muy raros". Tras su argumentación, Amaral concluye que el padre de Maddie, Gerry McCann, "escondió el cadáver de la niña en la playa".
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