Poco o nada hacía suponer en las décadas de los setenta y ochenta, cuando los primeros salones recreativos empezaban a causar furor entre los jóvenes de la época, que aquellas máquinas de videojuegos que tantas horas de diversión les proporcionaban acabarían convirtiéndose en objetos de museo. Conocidos también como arcades, esos puntos de encuentro que acogieron infinitas partidas de juegos emblemáticos como Space Invaders, Pac-Man, Donkey Kong o Street Fighter fueron solo la primera piedra de un negocio que en la actualidad factura casi 100.000 millones de euros al año.

Convertida en la industria cultural con mayor proyección del mundo -superando en varios índices a la industria del cine y la música juntas-, su influjo también se hace notar en nuestro país donde el mercado del videojuego se sitúa en el cuarto lugar de Europa y el noveno del mundo. De hecho, en 2021 se espera que supere los 1.600 millones de euros, con un crecimiento anual de más del 23% y 12.000 empleos directos.

Era por tanto un momento idóneo para rendir homenaje al ya considerado octavo arte, y la oportunidad ha llegado con Game On. La historia del videojuego 1972-2020, la mayor exposición internacional sobre la cultura del videojuego que recala en la sala de exposiciones de la Fundación Canal hasta el 31 de de mayo.

Organizada por el Barbican Centre de Londres, uno de los puntos neurálgicos de la vida cultural de la capital británica, la muestra se inauguró allí por primera vez en el año 2002 y desde entonces la han visitado más de tres millones de personas en todo el mundo (esta es su primera visita a España). Sin embargo, como señalan sus organizadores: "No queríamos que la exposición girara en torno a la nostalgia del medio, sino mostrar también cómo el videojuego ha influido en la cultura popular y otras artes", subraya el comisario Patrick Moran de este recorrido, que fue modificado en 2010 para incorporar los avances de un sector que cambia a ritmo de vértigo.

A lo largo de 2.500 metros cuadrados de espacio expositivo - inspirado en los míticos juegos de los años ochenta, con sus típicos gráficos vectoriales y sus colores flúor- la exposición ofrece la oportunidad de conocer la fascinante historia de los videojuegos a través de 400 piezas originales que van desde los años sesenta hasta las últimas creaciones y que incluye otro apetecible caramelo, la posibilidad de experimentar a través de 150 juegos, que incluyen títulos tan populares como Pong, Donkey Kong, Street Fighter, Super Mario, Gran Turismo o Los Sims.

La exposición se divide en quince secciones temáticas cuyo recorrido se inicia rindiendo homenaje a los primeros videojuegos. Estas primigenias creaciones, de hecho, surgieron en los departamentos de informática de las universidades (1951 y 1962). Razón de peso, según el comisario, para que se haya tardado tanto tiempo en considerarlos productos culturales: “porque no nacieron dentro de las humanidades, sino de la informática”.

Le sigue el espacio dedicado a los arcades o salones recreativos, que empezarían a proliferar cuando en 1972 Atari lanza la primera máquina recreativa comercial de éxito: Pong, inspirado en el juego del ping-pong. "El dueño del bar donde se instaló esta primera máquina llamó a la compañía un día después de que la instalaran para decirles que no funcionaba. Pero no funcionaba porque estaba llena de monedas", explica Moran.

Y de los recreativos al ámbito casero con Top Ten, que aborda la producción de videojuegos domésticos a través de las máquinas producidas durante los últimos 30 años por Atari, Sega, Nintendo, Sony y Microsoft; así como los principales géneros de éstos: deporte, aventura, carreras, acción…

En Juegos de simulación, podremos comprobar como uno de los atractivos más fascinantes de los videojuegos es que nos permiten involucrarnos en actividades impensables de nuestra vida cotidiana como conducir un supercoche, simular un vuelo o tocar un instrumento musical cual virtuosos, mientras que Desarrollo y marketing nos muestra los procesos de desarrollo de los juegos, desde los primeros bocetos o documentación para el diseño a materiales promocionales para seducir al espectador.

La exposición también nos ofrece la oportunidad de recordar algunas de las consolas portátiles más populares como la Game Boy o la Nintendo DS, realizar un recorrido a través de los distintos países productores de videojuegos (con Norteamérica y Japón a la cabeza) o descubrir algunos de los personajes más icónicos de su historia como Mario, Sonic o Lara Croft, que “empezó como personaje dirigido al público adolescente, muy sexualizado y que hoy en día ha suavizado sus curvas y se ha convertido en un icono feminista por excelencia”.

La muestra, con motivo de su paso por Madrid, incluye tres títulos españoles de gran éxito internacional. Es el caso de Gris (2018), del estudio Nomada Studio, que ha sido premiado por su cuidada dirección artística y su trama que aborda la superación del trauma; Castlevania, Lord of Shadow (2013), del estudio Mercury Steam distribuido por el japonés Konami; y RiME, de la desarrollada madrileña Tequila Works.

Otro de los objetivos de la exposición es el de romper con los estereotipos que han rodeado al sector, como la asociación de uso a conductas violentas o los estereotipos de género. “Deben ser considerados como una forma de expresión artística y si no podemos culpar al cine y la música de la violencia tampoco lo podemos hacer con los videojuegos. Hay estudios que han querido mostrar la correlación entre ambos y no se ha encontrado alguna. La mayoría de las personas juegan de una forma responsable y con normalidad”.

Entradas ya a la venta en www.expogameon.es (tarifa general entre los 7 y los 11 euros, descuentos y entradas gratuitas para diferentes colectivos como estudiantes, grupos, menores de edad, personas con discapacidad, pensionistas, mayores de 65 años, personas en situación de desempleo o miembros de familias numerosas).

Fiebre por el videojuego en las salas de arte

Game On no es la única exposición actual que ha reivindicado el papel de los videojuegos en la cultura de los siglos XX y XXI. En el CCCB de Barcelona se puede ver hasta el 3 de mayo Gameplay. Cultura del videojuego, una muestra  que realiza un viaje a los orígenes de esta industria, analiza su lenguaje y pone en valor el impacto que ha tenido en la cultura popular digital y en la sociedad. Por su parte, el Espacio Fundación Telefónica de Madrid acogió hasta el 12 de enero Videojuegos. Los dos lados de la pantalla, un recorrido por el impacto del sector en las últimas décadas y sus implicaciones económicas, socioculturales, científicas y artísticas.