Miembro del neonazi Partido Nacionaldemocrático Alemán (NPD), Karl Richter realizó ese gesto prohibido por la legislación germana el pasado 2 de mayo, cuando juraba su cargo en el Ayuntamiento de la capital de Baviera.
El condenado negó hasta el último momento ante los jueces que efectuase el saludo, aunque el tribunal contó como prueba con una instantánea del juramento en el que aparecía con el brazo en alto y la mano extendida.
La sentencia subraya que la acción de Richter fue especialmente grave por llevarse a cabo en el mismo lugar en el que Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda y Agitación de Hitler, ofreció el discurso incendiario que dio pie a la llamada "Noche de los cristales rotos", cuando se inició la persecución de los judíos.
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