De esta manera, el aerofaro, instalado en la rotonda de acceso a las instalaciones aeroportuarias, es un refractor rotatorio con luz de gran intensidad que proyectaba un camino de luz artificial gracias al cual se facilitaba el guiado visual a larga distancia, que era superior a 20 millas náuticas.
Por su parte, de la marca AGA193, tenía dos bombillas de unos 1.000 watios y un millón de candelas, con espejos inclinados.
Estos aerofaros empezaron siendo de gas y fueron usados durante la I Guerra Mundial, mientras que el que se instaló en el Aeropuerto de Fuerteventura ya era eléctrico y estuvo operativo hasta los años 80.
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