El artista ha presentado este miércoles la muestra en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el director del IVAM, José Miguel G. Cortés, y el comisario Miguel Caballero.

Caballero ha afirmado que la exposición se estructura en torno a una idea principal: "el juguete como disparador de historias". La instalación principal de la muestra recoge 4.000 unidades de soldaditos de plástico que los visitantes mayores de 15 años -edad mínima para alistarse en las milicias- podrán llevarse a casa a cambio de una reflexión -en un post-it- que se fijará en una pared de la galería sobre la Guerra Civil y sus secuelas.

A medida que desaparezcan las miles de unidades del soldadito, el archivo de memorias, ideas y reflexiones de los visitantes se irá ampliando sobre los muros del museo.

Se trata, según ha explicado el artista, de que la gente pueda poner de manifiesto recuerdos sobre el conflicto que "no deben perderse" y que no están recogidos en libros de historia", ha dicho. Los visitantes, en lugar de dejar algo por escrito, también pueden aportar algún objeto o recuerdo sobre esa época.

El objetivo es, ha insistido, en que el museo sea "el lugar de las musas" y se quede como "fertilizante" para el futuro. Con ello, ha querido expresar que "todos somos artistas y solo hace falta que uno busque sus raíces y conexiones. La obra no está cerrada", ha apostillado.

Al respecto, el director del IVAM ha comentado que con esta exposición se ofrece al visitante convertirse en sujeto activo, "de la misma forma que no se entiende la memoria de un país sin la participación de todos los hombres y mujeres que han formado parte de ella", ha señalado.

REFLEXIONAR SOBRE LA MUERTE

Esta muestra, inspirada por la tradición juguetera valenciana, explora estrategias para renovar el concepto de monumentalidad a través del juguete e invita a reflexionar sobre la muerte a través del juego. El artista conecta así la célebre fotografía atribuida a Capa con la historia de la industria del juguete valenciana.

Así, otros objetos que integran la exposición profundizan en la relación entre icono, juego y muerte: un miliciano de hojalata producido en las fábricas colectivizadas del Valle del Juguete de Alicante durante la guerra, un 'mental map' de artefactos que refieren las historias de vida de los milicianos.

La exposición se completa en la segunda planta con una colección de fotografías de soldados de todas las guerras que se autorretratan jugando a morir y a matar, ilustrando la representación de la muerte en la fotografía y en el juego.

"'Fake Games' es un doble negativo: si el juego es falso, entonces se convierte en real", ha concluido el artista sobre el título de una exposición que invita a reflexionar sobre la dualidad entre ficción y realidad y a ahondar en las intrahistorias de la historia.