Michael Phelps: "Puedo conseguir las ocho medallas, no estoy loco"

  • El nadador norteamericano ofreció ayer una masiva rueda de prensa.
  • Aspira a batir el récord de oros olímpicos en unos Juegos, en poder de su compatriota Mark Spitz.
  • "Estoy impaciente por lanzarme al agua".
  • Todo sobre los Juegos.
Phelps, en la sala de prensa
Phelps, en la sala de prensa
20minutos.es
Phelps, en la sala de prensa

Cuando en el panel que informa de las ruedas de prensa del día, aparece a las 12 de la mañana el nombre del equipo norteamericano de natación tienes dos opciones: o te plantas una hora antes allí o te buscas la vida entre la marabunta.

Poco importaba Hasen, Torres o Coughlin, los más de 300 periodistas que abarrotaron una sala del tamaño de un cine (de los grandes), esperaban ansiosos a una sóla persona: Michael Phelps, el chico de Baltimore, un tipo divertido, relajado, que aspira a lo que nunca nadie siquiera aspiró: 8 medallas de oro en unos Juegos Olímpicos .

Phelps apareció y cien flashes hicieron trabajos forzados. Vestido de chándal, informal y con un bigote-perilla que recordaba a un típico vaquero yanqui, el 'aspirante a las ocho' respondió pacientemente las sesenta o setenta preguntas que permitieron los jefes de prensa. Si no, todavía estaría allí contestando. Junto a él apareció la veterana, aspirante a todo en la frontera de los 40.

"Creo sinceramente que puedo lograr las 8 medallas aquí en Pekín, no estoy loco", empezó diciendo Phelps. Al igual que Bolt ayer, la presión no le asusta, o eso parece: "Yo me concentro en lo mío, lanzarme al agua y ganar, lo demás es externo, no me preocupa y no me distrae". Mientras todos gritan a su alrededor, Phelps se concentra en Eminem, que atrona sus enormes cascos, y está en otro mundo. Esa es su táctica. "Me he traído la música, claro", reconoce.

El tremendo propósito de Phelps estuvo a punto de nublarse por una lesión de muñeca. "Reconozco que no ha sido mi mejor año, pero me encuentro bien y aprendí mucho de esa lesión. Estoy a punto e impaciente por lanzarme al agua".

Phelps no quiso buscarse problemas cuando le preguntaron por los problemas políticos en China, reconoció la dureza del reto, "con grandes rivales y amigos con Peirsol o Hansen" y nos confesó un deseo: "Quiero ver la Gran Muralla".

No habrá mucho tiempo para turismo, porque desde el comienzo de las pruebas en el impresionante 'Cubo' de agua, el domingo 10, Phelps nadará todos los días, ya sea estilos, relevos, libre o mariposa. Pocas pruebas quedan a salvo de este depredador. "No tengo ninguna prerencia, quizás un poco la mariposa, que siempre fue mi estilo predilecto, pero nado todas las pruebas con gusto".

Obvio es que la opción del fracaso también es más que posible, con tantos días en los que Phelps debe ser perfecto: "No puedes decir que fracasas si logras cinco o seis medallas de oro. Será una pena, pero el esfuerzo habrá merecido la ocasión. Los Juegos Olímpicos sólo suceden cada cuatro años y muchos no tienen la suerte de poder tomar parte en unos. Eso ya es para estar contento", y Phelps terminó sonriendo antes de evaporarse entre su corte persona y su escolta fotográfica.

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