Tras dar por abandonada la subida del IRPF a las rentas más altas, el PSOE pasará por la campaña electoral hacia el 10-N prometiendo subir impuestos a los que más tienen, sin perjudicar a las clases medias, pero sin especificar si al incremento del impuesto de sociedades se unirá alguna otra medida fiscal.

El comité electoral del PSOE aprobará este miércoles el programa electoral para las próximas generales, con un capítulo sobre fiscalidad que dista mucho de la concreción que a principios de año hizo el Gobierno de Pedro Sánchez en su malogrado proyecto de Presupuestos. Allí, por ejemplo, se recogía una subida del IRPF para quienes cobraran más de 140.000 euros al año y del Impuesto de Sociedades hasta el 15% efectivo para las grandes compañías y el 18% para bancos y empresas de hidrocarburos, al mismo tiempo que se rebajaba el tipo del 25 al 23% para las pymes.

Nada de esto aparecerá en el programa electoral, según un borrador en el que el PSOE se compromete, en primer lugar, a obtener ingresos extra mediante una mayor eficacia en el gasto público. También por medio de una “mayor justicia fiscal”, en la que “quienes más capacidad económica tienen deberán contribuir en mayor medida”.

Si el PSOE sigue en el Gobierno después de las elecciones, es previsible que la incógnita quede resuelta en cuestión de meses, porque Sánchez ya ha avisado que pretende que el Congreso apruebe unos nuevos Presupuestos en el primer trimestre de 2020. Pero no será antes de las elecciones.

El PSOE asegura que la subida fiscal no supondrá “ningún perjuicio para las familias de ingresos medios y bajos”, mantiene reducir el Impuesto de Sociedades a las pymes y a las grandes corporaciones, aunque sin especificar cuánto en ningún caso. Este martes, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero tampoco fue más específica durante la clausura del XII Congreso de Empresa Familiar. Allí dijo que “sería bueno y conveniente” que tipo real y tipo nominal del impuesto de sociedades se fueran acercando, pero sin referirse en concreto al 15% que sí plasmó este año en su propuesta de Presupuestos.

Tal y como había prometido el 28-A, el PSOE sí apunta a dos nuevos impuestos, sobre las plataformas digitales y a la “fiscalidad ambiental” y, al contrario, promete acabar con la “tasa rosa” y rebajar el IVA al 4% para compresas y tampones.

Mensajes contradictorios

Este es el plan fiscal que figura en el programa del PSOE para las elecciones del 10-N, después de que desde el Gobierno y el partido se hayan lanzado mensajes en algunos casos contradictorios en las últimas semanas. Sánchez tampoco quiso ser más explícito con la Comisión Europea, a quien el 15 de octubre envió un plan presupuestario que comprometía gastos en 2020 como la subida de las pensiones y del sueldo de los funcionarios y prometía compensarlas con ingresos, vía impuestos, que no detalló. El Gobierno simplemente informó a Bruselas que en los Presupuestos para el año que viene habrá “ingresos adicionales” como “la creación de nuevas figuras impositivas”.

Como respuesta, la Comisión alertó de un riesgo de incumplimiento de la disciplina fiscal e instó al Gobierno a enviar un nuevo plan presupuestario en cuanto apruebe un nuevo proyecto de Presupuestos.

Además, la ministra de Hacienda comunicó a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) que el Gobierno no se plantea ya subir el IRPF a las rentas más altas puesto que, según explicó después, este plan tenía su origen en un acuerdo con Podemos que ya no existe.

Sin embargo, este martes, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, aseguró en un mitin en Gijón que “vamos a subir el IRPF a las rentas más altas” e hizo también una alusión al impuesto de sociedades, para que paguen más a través de él “porque es donde realmente tienen el dinero”.

Preguntadas por la posibilidad de recuperar la subida del IRPF en el tramo más alto, fuentes de Hacienda indicaron que de momento no se puede especificar más que el propósito es “buscar la forma” de que los grandes contribuyentes aporten más.